Autor: Rómulo Betancourt
Título: El cacao y sus perspectivas.
Fecha de publicación: 19-01-1938
Publicación: Diario Ahora


La Asociación Venezolana de Productores de Cacao ha publicado un Comunicado, relativo al apoyo que le ha prestado de el Gobierno Nacional.
En ese comunicado se da cuenta de que la Asociación ha recibido una subvención -en metálico- del Estado, montante a Bs. 10.000 para la instalación y gastos de 7 agencias de dicha entidad en las siguientes zonas cacaoteras: Carúpano, Río Caribe, El Pilar, Yaguaraparo, Irapa, Güiria y.Tucupita.
Esas agencias actuarán como intermediarias entre el Banco Agrícola y Pecuario y los productores, para pignorar los frutos de aquellos productores que estén necesitados de dinero para recoger la cosecha y beneficiar la almendra. Se preocuparán también estas agencias parla vigilancia sobre los comerciantes con cacao, para evitar la mezcla de las almendras de distintas calidades y el desprestigio que esto acarrea en los mercados consumidores a las calidades finas que se cultivan en Venezuela. Estas medidas son todas preparatorias del establecimiento de la Caja Agraria del Cacao, que tendrá una importancia y un alcance que ya hemos destacado.
Todas estas medidas nos parecen de mucha utilidad para la agricultura nacional y para la economía venezolana en su conjunto. Con todo y la decadencia de su cultivo en Venezuela, el cacao ocupa el segundo renglón en la escala de exportación de nuestros artículos agro-pecuarios.
Sólo que se nos ocurre pensar si no valdría la pena el ir substituyendo paulatinamente el cultivo del cacao por el de otro vehículo de exportación más elástica. Este punto de vista está implícito o expreso en las opiniones que expertos extranjeros (Mc.Guire, Vandellós, etc.), han externado con respecto a la economía venezolana y sus perspectivas.
No ignoramos cuán difícil es enfrentarse a la rutina de los cultivos, a ese criterio nacido de la tradición que impulsa al agricultor a creer que es peligrosa aventura abandonar la siembra del producto al cual se ha dedicado siempre para substituirlo por otro distinto.
Pero hay signos alentadores de que contra ese espíritu rutinario se está reaccionando. En Laca, por ejemplo, se ha intensificado el cultivo del tártago y de otros productos oleaginosos, género agrícola de muy reciente incorporación a nuestra vida agraria. Del mismo modo, el cultivo de la soya, del algodón y de otros productos que se cultivan en muy pequeña proporción, o no se cultivan del todo, puede generalizarse.
Estas reflexiones se nos ocurren después de considerar las sombrías perspectivas del cacao. Esta almendra ya no es, como en los días lejanos de la Colonia y de las primeras décadas de la República, un producto de cultivo americano. Su siembra se ha generalizado mundialmente. Las grandes potencias, en sus colonias de África, han multiplicado las fundaciones cacaoteras. Los mercados de consumo están sumamente competidos. Lo sucedido con respecto a esta almendra, en el año recién pasado, es bastante revelador de la verdad de cuanto venimos afirmando. El punto más alto de la Bolsa de Nueva York lo alcanzó en enero de 1937, cotizándose a 13 centavos. Este precio, en cierto modo remunerativo, se debió a la falsa creencia de que sería mala la cosecha de la Costa de Oro. Pero la cotización comenzó a descender a medida que se supo con certeza que esa cosecha sería abundante. La baja violenta de las cotizaciones más recientes ha impulsado a los productores de la Costa de Oro a almacenar las 50.000 toneladas de su cosecha de 1937, en espera de precios más remunerativos. Naturalmente, que hay una retracción en las compras, porque todos los comerciantes de la almendra están esperando el momento en que los mercados sean saturados por las ofertas masivas de los productores de la Costa de Oro. Las perspectivas para el cacao son, pues, lo menos halagadoras posibles.
Si es así, y así será así en lo futuro, debido a la gran competencia creada alrededor de este producto, ¿no valdría acaso la pena ir pensando por cuál otro género de cultivo sustituimos en Venezuela a éste que ha llegado a ser tan poco halagüeño?