Autor: Rómulo Betancourt
Título: Importaciones y exportaciones de Venezuela
Fecha de publicación: 09-02-1938
Publicación: Diario Ahora


En el libro sobre estadísticas del Comercio Internacional que ha publicado recientemente la Sociedad de las Naciones hemos encontrado, una vez más, la constatación de lo deforme de nuestra economía.
Venezuela es nación de aparente estabilidad, desde el punto de vista económico-financiero. Los números de quienes se limitan a enfocar la situación de los pueblos con visual de corto alcance, son tranquilizadores. Nuestro país no tiene deudas gubernamentales externas; su balanza de pagos y su balanza comercial no aparecen deficitarias; los presupuestos del Estado se cubren con largueza, quedando siempre un remanente en el Tesoro Nacional en forma de reservas.
Pero si se profundiza un poco en esa situación, los cálculos son menos optimistas. No vamos a señalar el contrasentido de que en una Nación cuyas estadísticas acusan prosperidad tengan las masas un standard de vida tan dramáticamente bajo como lo han evidenciado los doctores Baldó y otros en el Congreso Venezolano del Niño. Vamos a limitamos, simplemente, a un análisis superficial, más penetrante, de esas mismas cifras que les sirven a los profetas de la prosperidad para pintar con bellos colores el porvenir económico de la Nación.
Vamos a transcribir una de las tablas estadísticas del comercio internacional de Venezuela, inserta en el libro de la SDN que hemos citado. Esta tabla contiene el volumen de las importaciones y exportaciones de nuestro país con respecto a las principales naciones. Veamos ese cuadro.

IMPORT ACIONES y EXPORTACIONES DE VENEZUELA
CON LOS PRINCIPALES PAISES. 1936
(Valor en millones de bolívares)

ImportacionesExportaciones
Alemania31.815.06
Bélgica15.2 1.8
España 2.6 1.1
Francia11.115.3
Italia 3.2 2.6
Países Bajos 9.6 2.2
Inglaterra21.428.5
China--
Japón 7.9 0.2
Argentina 0.3 2.7
Canadá 0.2 5.9
Colombia 0.3 1.6
Isla de Curazao1.3 274.5
Aruba y Bonaire0.3268.4
Estados Unidos de América100.2134.6
Trinidad0.67.7
Otros países5.65.8

El análisis de esas cifras, aun hecho de manera superficial, revela que para la mayoría de las naciones, nuestra balanza es deficitaria. En otras palabras, que importamos de ellas más de lo que exportamos para ellas.
Se observa también que el máximum de nuestras exportaciones se dirige hacía dos islas Antillanas: Curazao y Aruba, 274 millones de bolívares para la primera de esas islas nombradas y 268 para la segunda, aparecen exportados en el año de 1936. Pareciera que por fin hemos dado con dos regiones extranjeras con las cuales nuestro intercambio comercial arroja un cuantioso balance favorable para Venezuela. Pero a poco que nos detengamos en el origen de esas exportaciones, el entusiasmo desaparece. Se trata de la exportación de petróleo crudo, destinado a las refinerías que en ambas Antillas poseen las empresas anglo-holandesas y norteamericanas que explotan el subsuelo nacional. En otras palabras, se trata de una exportación que sólo es venezolana en el nombre. En realidad, es ésa una riqueza que emigra y de la cual no regresa al país sino una parte muy pequeña, destinada al pago de impuestos y salarios. (Alrededor de 120 millones de bolívares es 10 que regresa a Venezuela del volumen cuantioso de la exportación de aceite.)
Estos datos son reveladores de una situación económica de estabilidad sólo aparente. Porque no se basa sobre la agricultura y la cría -riquezas permanentes- sino sobre una riqueza mineral aleatoria y condenada a desaparecer a plazo más o menos fijo.
Es ya un lugar común, y sobre el cual sin embargo no nos cansaremos de insistir, el de la necesidad de vigorizar las fuentes raízales y permanentes de riqueza nacional. El petróleo es una fuente de ingresos para la Nación que no durará sino algo más de la próxima década. Olvidado es revelar miopía e imprevisión.