Autor: Rómulo Betancourt
Título: Industrialización del sisal y la cocuiza en el estado Lara
Fecha de publicación: 22-02-1938
Publicación: Diario Ahora


Desde hace algunos días viene comentándose en la prensa el intento de un grupo de ciudadanos larenses de organizar una sociedad anónima, dedicada a la explotación industrial del fique. Era el objetivo de esa empresa en ciernes el de manipular con métodos técnicos y modernos, para transformados en sacos y cordeles, las fibras extraíbles de los plantas textiles -la cocuiza y el sisal- que, fácil y abundantemente, se dan en las tierras de Lara y de Falcón. Noticias recientes venidas de la capital de Lara, a través del amplio comentario hecho en órganos regionales de prensa informan de la definitiva constitución de la Compañía Anónima Fibro-Textil del estado Lara. Parece haber cristalizado en realidad la iniciativa de industrializar, de tecnificar, el aprovechamiento de las ya citadas plantas textiles.
El acta constitutiva de la expresada compañía anónima está fechada en Barquisimeto, el 6 de febrero corriente.
La compañía dispondrá de un capital social de doscientos mil bolívares, distribuidos en acciones nominales de cien bolívares, que se distribuirán así: 500 acciones que tomará el Gobierno de Lara; y 1.500 que serán ofrecidas en el mercado a quien quiera adquiridas. Además de este capital social declarado, la compañía recabará un préstamo del Ejecutivo Federal, a través del Ministerio de Fomento, hasta por la suma de Bs. 200.000, la cual se destinará a la adquisición de la maquinaria requerida para dotar la empresa de un equipo técnico. Este equipo comprenderá el instrumental requerido no sólo para la transformación de la fibra en sacos y cordeles, sino .también para los procesos que preceden a esta operación. O sea, los de cultivo de las plantas suministradoras de la materia prima y desfibración de las mismas antes de ser manufacturadas.
Es también acuerdo del acta inicial de la Compañía Anónima Fibro-Textil del estado Lara el de > las acciones y las utilidades. Lo primero pretende alcanzado fijándole un precio a cada una de las acciones accesibles a las posibilidades de los cultivadores de cocuiza y de sisal; y lo segundo, elaborando un estatuto interno de la compañía que paute la participación de los trabajadores de la industria en las utilidades que ésta obtenga. Se trata, en este último aspecto de la cuestión, de aclimatar en Venezuela el llamado > en los Estados Unidos, que consiste en tratar de interesar vivamente a los trabajadores de una industria en las empresas por ésta comprendidas, asegurándoles una pequeña participación en las utilidades obtenidas.
Se estipula también que el Gobierno de Lara estará en la obligación de desprenderse de las acciones que suscriba a medida que vayan apareciendo candidatos para adquirirlas. El fin de esta cláusula parece ser el de utilizar sólo de manera transitoria la injerencia gubernamental en la vida interna de la empresa. Transcendidas las primeras etapas de su actuación, la compañía aspira -por lo menos así se deja ver de la actitud de sus fundadores- a persistir y a desarrollarse por impulso exclusivo de la iniciativa privada.
No podemos menos de ver con simpatía la empresa que se inicia en Lara. Ha sido tesis sustentada constantemente en esta columna la que Venezuela debe propender por todos los medios imaginables y científicos a producir lo más posible. Si es nociva la romántica tendencia, por algunos preconizada debido a ignorancia de los fenómenos económicos, a que Venezuela se pronuncie por un régimen autárquico, de autosuficiencia, no es menos dañosa la corriente opuesta. Nos referimos a la que niega, a priori, la posibilidad en que está nuestro país de producir algunos artículos manufacturados, o semielaborados, a más bajo costo que si se importaran. Los sacos en que se exportan al exterior nuestros productos agrícolas y los cordeles de tan extensos y generalizados usos, parecen estar entre los artículos comprados tradicionalmente en el exterior, siendo posible producidos a bajo costo y de excelente calidad dentro de la Nación.
Otros productos de nuestra agricultura, hoy explotados empíricamente o del todo inexplotados, requieren ser objeto de la atención de los inversionistas. Algo más que edificar casas de arriendo y "colocarse" en hipotecas saneadas puede y debe hacer el capital nacional. Económica y socialmente, tiene el capital una función por cumplir, la cual no es, precisamente, la de dedicarse a actividades emparentadas con el agio.
Toda noticia nueva que tengamos con respecto a la Compañía Anónima Fibro- Textil de Lara la comentaremos con interés. Y para pronunciamos definitivamente sobre las ventajas y garantías que ofrecerá esta sociedad anónima a los numerosos agricultores pobres de Lara y Falcón dedicados al cultivo de la cocuiza y el sisal, esperaremos recibir los informes solicitados por nosotros a personas solventes de Lara.