Autor: Rómulo Betancourt
Título: Un informe sobre la Ganadera Industrial Venezolana
Fecha de publicación: 21-03-1938
Publicación: Diario Ahora


Publica el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas una interesante documentación, relacionada con la situación interna de la empresa estatal Compañía Ganadera Industrial Venezolana.
El origen de ese informe acerca de la citada entidad industrial está en un comunicado dirigido por el Ministro de Agricultura, con fecha de 19 de enero de 1938, a la dirección de la Cámara de Comercio.
El doctor Parra Pérez alude en su carta al carácter de la Ganadera Industrial Venezolana de entidad comercial adscrita al Departamento de Agricultura; y, por eso mismo, "llamada a responder a los deseos de beneficiar no sólo a los ganaderos del país, sino también a la comunidad en general". Luego excita a la Cámara a que designe una comisión de su seno, con el objetivo de estudiar minuciosamente el funcionamiento interno de la Ganadera, señalar las fallas de esa organización, sugerir las fórmulas capaces de poner a dicha empresa en condiciones de no ser carga onerosa para el Estado, sino de cumplir su función beneficiosa para la industria pecuaria sin constituir un costoso lastre para la Nación.
Designó la Cámara como miembros integrantes de la Comisión que solicitaba Agricultura, a los señores Jorge Blohm, Martín Prosperi y T. Cubillán. Estos rindieron su extenso y pormenorizado informe con fecha 16 de febrero pasado.
Lo esencial de ese informe es la constatación de que la Ganadera Industrial arrojó pérdidas durante el año pasado. En 1937, el balance en contra de esa compañía acusa la cantidad -apreciable, voluminosa- de Bs. 1.131.385,90
La Ganadera dispone del mercado interno, en el cual prácticamente domina. De un utillaje moderno para el beneficio de reses y para el aprovechamiento industrial de la carne y demás derivados del ganado. Ha logrado conseguir mercados, más o menos estables, para carnes enlatadas y en las Antillas vecinas. Si es así, claro está que no es del cielo de donde han caído esas pérdidas acusadas por la empresa. Tienen que obedecer, porque la > no es elemento determinante en el ritmo de los negocios, a causas concretas, tangibles, tan precisables como superables.
Aun cuando dejando algunos claros en su exposición -como lo señalaremos a su tiempo- el dictamen de la comisión pone al desnudo los problemas internos de la Ganadera.
Ese informe, inobjetable en algunos aspectos y discutible en otros, revela la intención en quienes lo suscriben de penetrar las causas del desequilibrio de la Ganadera.
Vale la pena glosar en detalle esa exposición. Y lo haremos en el curso de próximos artículos. Adelantamos, eso sí, que no es norma de la redacción de esta columna limitarse a la simple síntesis, muy a lo periodismo criollo, de documentos de tal índole. Nosotros creemos, muy al contrario de otros colegas de la prensa, que comentarios sobre documentos públicos cobran interés cuando se polemiza razonadamente con aquellos de sus aspectos en los cuales no se esté de acuerdo.
Hecho este enfoque de conjunto de la cuestión, y precisada una vez más nuestra actitud de objetividad e independencia de criterio, nos proponemos abordar mañana el fondo mismo del dictamen de los señores Blohm, Prosperi y CubilIán.