Autor: Rómulo Betancourt
Título: Los recursos naturales de Venezuela
Fecha de publicación: 05-04-1938
Publicación: Diario Ahora


Bajo este mismo título, publica en inglés un artículo, en la revista Venezuela, Mr. Alexander R. Martin, miembro del Instituto Canadiense de Minas y Metalurgia.
El articulista estuvo en Venezuela, recorriendo su vasta y enigmática región de Guayana. Y del tono de su artículo se pone en evidencia que no lo animó un exclusivo propósito de investigación científica. Mr. Martin vino a nuestro país como avanzada de gente interesada en algo más que el conocimiento de nuestra fauna, de nuestra flora, de nuestra tierra.
Expresa el señor Martín lo "profundamente impresionado" que quedó de las enormes posibilidades naturales de riqueza que encierra el Distrito minero de Guayana. Alude a las dos dificultades que han entorpecido una eficaz e intensiva explotación de la riqueza minera que atesora ese suelo, o sea, el alto costo de los trabajos para operar sobre las minas y las dificultades de transporte.
El escritor de Venezuela afirma haber realizado un viaje de inspección, en aeroplano, sobre las grandes caídas de agua del río Caroní. Sacó la impresión de que el poder generador de luz y fuerza motriz que encierran esos gigantescos saltos de agua es suficiente, una vez que se instalen las plantas requeridas, para proveer de aquellos elementos a la industria minera y a cuantas otras se establezcan.
Informa también de sus investigaciones, realizadas sobre el terreno, acerca de los depósitos de minerales, a más del oro, encerrados en los estratos telúricos de nuestra Guayana. Hay, en su concepto, enormes depósitos de asbestos, carbón, cobre, sulfuro, etc., esperando la presencia del hombre, de la máquina y la técnica, para convertirse de riqueza inexplotada en riqueza actualizada y útil.
No dice más el investigador canadiense. Empero, lo poco que adelanta acerca del resultado de sus investigaciones comprueba, una vez más, que no sólo están animadas de un desinteresado afán de investigación científica las expediciones es que periódicamente se internan en las remotidades de nuestra selva. Son las avanzadas de los codiciosos buscadores de nuestras riquezas.
El Ejecutivo, adoptando una disposición sin duda encomiable, designó una comisión venezolana para que se trasladara a Guayana, y rindiera un informe pormenorizado de sus reservas naturales de riqueza.
Será la primera vez que en nuestro país se intente, con medios propios y utilizándose los servicios técnicos de venezolanos, una apreciación objetiva sobre los recursos explotables en determinadas regiones del país. Hasta ahora ha prevalecido entre nosotros un conformismo suicida. Todas nuestras riquezas -especialmente hablamos de las minerales- han sido descubiertas y acaparadas por el extranjero antes de que nosotros abriéramos los ojos y nos diéramos cuenta de la oportunidad perdida para explotar con recursos propios esas fuentes de producción.