Autor: Rómulo Betancourt
Título: La tesis antiemprestita gana adeptos
Fecha de publicación: 11-06-1938
Publicación: Diario Ahora


En los artículos publicados por nosotros en esta sección el 15 y el 16 de mayo recién pasado, insurgimos resueltamente contra el empréstito de 200 millones de bolívares para cubrir el déficit arrojado por el Plan Trienal.
Esta voz de alerta se quedó sin eco inmediato. Ahora, nos ha causado satisfacción observar que ha tenido resonancia en la columna editorial de El Heraldo. En efecto, ese colega, en su edición del 10 de junio, se pronuncia categóricamente contra el empréstito de 200 millones de bolívares.
El Heraldo sintetiza muy bien la situación de dependencia en que está el fisco, y la economía nacionales con respecto a una industria bajo el contralor extranjero: la petrolera. Y en estas condiciones, considera peligroso riesgo para la soberanía nacional que se comprometa aún más al país con la finanza extranjera, por vía de un empréstito estatal. "Abrir la puerta del empréstito en semejantes condiciones dice el aludido colega- sería agravar nuestra situación de inferioridad, con riesgo visible de nuestra soberanía".
Recuerda luego el diario de La Palma el remate que tuvo el desbarajuste emprestista de los Gobiernos godos y liberales: el bloqueo de los puertos de la República y el bombardeo de las costas de Venezuela, por unidades de guerra de Alemania, Italia y Holanda. El trágico recuerdo de 1902 está muy vivo en la conciencia de los venezolanos para que no reaccionen ante la idea de que la Nación "se enrumbe otra vez por ese resbaladero" de los empréstitos.
Los comentarios de El Heraldo alrededor de un tema tan trascendente -y el cual, sin embargo, ha ocupado muy poco sitio en las columnas de la prensa grande y en la atención de los llamados "sectores dirigentes" del país- nos tientan a aportar nuevas ideas alrededor de este tópico.
Nosotros señalamos, al comentar por primera vez la emisión de bonos del tesoro, -o el empréstito, para llamado sin eufemismos y por el nombre que en realidad le cabe- la fuente de donde obtener los fondos para cubrir ese déficit. Dijimos que en un impuesto directo sobre la renta y sobre el exceso de beneficios, establecido en forma tal que se cobre en su mayor parte a los inversionistas extranjeros, puede suministrar al Estado recursos suficientes, para abordar las obras más audaces.
A este respecto, disentimos de El Heraldo cuando afirma que esos intereses extranjeros dominantes en nuestra economía "son muy difíciles de condicionar por los momentos".
Por lo contrario, ésta es una hora aprovechable para obtener el máximum de beneficios de las compañías inversionistas extranjeras. Especialmente de las petroleras. Corren para ellas malos vientos. En Estados Unidos, la Administración Roosevelt les ha aumentado considerablemente los impuestos. En Bolivia y México, la industria ha sido nacionalizada. Rusia ha cerrado su subsuelo a toda ingerencia de los grandes trusts. Los países aleccionados por los de Occidente, reclaman un trato mejor del inversionista petrolero, y lo hacen pagar impuestos mayores, no obstante la condición desfavorable de estas fuentes de aceite mineral por estar situados a mucha distancia de los grandes centros consumidores. Colombia también se ha vuelto exigente, haciendo cumplir con todo rigor su nueva legislación de impuesto sobre la renta y sobre el exceso de beneficio. Y todo esto sucede mientras un mundo en trance bélico reclama más y más petróleo, pagándolo a precio de otro.
Dentro del orden de ideas que estamos exponiendo, vale la pena volver los ojos, una vez más, hacia el caso de Colombia.
En un estudio sobre la situación de los países latinoamericanos durante el año de 1937, publicado por C. Keech Ludewing (Jefe de la Oficina de Información Económica y Financiera de la Unión Panamericana) hemos encontrado datos muy recientes sobre cuestiones financieras de Colombia.
Entre esos datos, están los del aumento de los ingresos fiscales por concepto de impuesto sobre la renta y exceso de beneficios del año 36 y 37. He aquí esos datos: (en miles de pesos colombianos)

COLOMBIA19371936Diferencia
en 1937

Ingresos del Impuesto sobre la renta14.80912.907+ 15,13

Este impuesto especial -que, como se observa, sobrepasa ya a los 25 millones anuales de bolívares de ingresos- es cobrado, casi exclusivamente (en proporción de un 70%) a las compañías aceiteras.
Ahora bien: la producción de petróleo es en Colombia alrededor de 8 veces inferior a la producción venezolana. Los datos que de seguidas transcribiremos así 10 demuestran bien:

COLOMBIA19371936Diferencia
en 1937

Producción de petróleo (en barriles) 20.292.000 18.756.000 +1.336.000

La producción venezolana de petróleo fue, en cambio, de 23 millones de toneladas en 1936; y de 27 millones de toneladas en 1937. O sea, de más de Ciento sesenta millones de barriles, en el último de los años citados. Fáciles cálculos demuestran que esa voluminosa producción petrolera soportaría sin dificultad la carga de gravámenes semejantes a los de Colombia.
Seguimos insistiendo, pues, en que la idea del empréstito, por imprevisiva y antieconómica, debe desecharse. Y que en tributos obtenidos de las grandes empresas explotadoras de negocios o recursos nacionales, está la fuente de donde extraerse mayores fondos para el Estado.