Autor: Rómulo Betancourt
Título: Las uniones aduaneras y la aproximación Gran- Colombiana
Fecha de publicación: 01-09-1937
Publicación: Diario Ahora


Ayer prometimos glosar el artículo que tiene por título el mismo que pusimos al frente de esta columna. Su autor es Villafranca ("seudónimo de un gran economista colombiano", como informa la revista que lo inserta: "El Mes Financiero y Económico", Bogotá, Colombia, No. 2).
El autor de este artículo hace la observación de que, dentro del núcleo panamericano de naciones, "existen grupos donde las circunstancias son más propicias al acercamiento y colaboración económicas". Entre ellos señala el gran-colombiano, constituido por las tres naciones que hasta 1830 se mantuvieron unidas en una sola entidad político - administrativa: Colombia, Venezuela y el Ecuador.
Piensa el economista colombiano en la posibilidad de que una suerte de federalismo económico, sin pacto alguno de carácter político, pueda unificar de nuevo a los pueblos que constituyeron una sola nación bajo el comando de Simón Bolívar. Pero no pierde el sentido de las realidades. Se da cuenta de los obstáculos que encontraría un intento de tamaña envergadura en los intereses creados al amparo del aislamiento en que hemos vivido. Las palabras de Villafranca son precisas, a este respecto: "A la sombra de un nacionalismo económico ¯dice¯, que bien hubiera podido evitarse a tiempo de la disolución de la Gran Colombia con una visión más amplia y dilatada del porvenir de la agrupación, los tres países más homogéneos de las Américas fueron distanciándose gradualmente con las tarifas de aduanas, reglamentos de tránsito y otras disposiciones cuyos efectos han restringido considerablemente el intercambio comercial, y producido el natural aislamiento económico de cada una de las nuevas naciones respecto de las otras.
Contemplase así hoy una situación de hecho compuesta de los intereses y vinculaciones internas creados por las murallas económicas y la protección interna, de suerte que si mañana los gobiernos de Colombia, Ecuador y Venezuela quisieran, por consideraciones de larga proyección celebrar una unión aduanera tripartita o el de Colombia una Unión con Ecuador o Venezuela. Sería menester tomar en consideración el efecto que sobre estas consideraciones o intereses creados produciría la eliminación de la frontera económica. Tarea que sería grandemente facilitada por los mismos interesados que en el legítimo ejercicio de su propia defensa, serían los primeros en salir a discusión abogando por la continuación del régimen existente".
Como puede observarse de la lectura de este párrafo el escritor colombiano no es fantaseador irresponsable. Enfoca como aspiración y como anhelo y como necesidad la información de un frente económico gran-colombiano, suerte de unión tripartita sobre la base de acuerdos aduaneros, eliminación de las que pudiéramos llamar "fronteras interiores", etc. Pero al mismo tiempo señala que los intereses económicos afectados por esa medida, aún cuando fuera momentáneamente moverían toda clase de recursos, inclusive el resorte "patriótico", para oponerse a ellas.
Los criadores del Departamento Bolívar, en Colombia, pondrían el grito en el cielo si se abren las fronteras colombo-venezolanas al comercio irrestricto. Y ello porque si a duras penas admiten una importación a Colombia, en forma limitada por los acuerdos comerciales, de determinado número de reses venezolanas. A su vez, los criadores de Santander, cuyos intereses chocan en general con los de los criadores de Bolívar por cuanto son partidarios de las mayores facilidades para la exportación a Colombia de nuestro ganado, coincidirían con ellos en oponerse a una exportación sin control. Y esto por la razón de que los criadores de Santander, en su mayor parte dueños de extensos potreros, son partidarios de que se dé facilidades para la importación a Colombia del ganado venezolano de ceba que compran a precio bajo y engordan en sus pastales para revenderlo a buen precio, pero no del ganado gordo.
Por su parte, quienes se benefician en el Táchira con el comercio de tránsito que tienen que hacer a través de nuestro territorio y nuestros puertos los Santanderes ¯embotellados, sin posible salida actual por costa colombiana y obligados a importar y exportar por territorio venezolano¯ encontrarían muy poco posible cualquier medida que pusiera fin a una situación que los favorece.
Argumentos semejantes pueden hacerse con respecto a los intereses que serían afectados, en las zonas fronterizas entre Ecuador y Colombia, por acuerdos de la índole de los sugeridos por Villafranca.
Pero sería cuestión de enfocar el problema no con ojos aldeanos, lugareños y con limitada visión de quien vive al día, sino con audaz visión de futuro. Los acuerdos aduaneros entre las tres naciones, inclusive la anulación de las fronteras económicas alzadas entre unas, otras y otras, sería un paso decisivo en el camino de su unificación sobre un plano de cooperación económica y de defensa ante un común enemigo: la penetración capitalista extranjera.
Porque sobre el tapete de la discusión habría que poner también otras cuestiones, entre ellas, como primordial, la de unificar la legislación de hidrocarburos de los tres países. Venezuela, Colombia y Ecuador son, las tres naciones productoras de aceite mineral. Acordar la legislación de los tres países sería un primer esfuerzo coordinado para la defensa común frente a fuerzas que en las tres nacionalidades, obedeciendo a su propia dinámica interna, tienden a arruinarnos en lo económico y a interferirnos en lo político.
Estas ideas deben debatirse, plantearse. Hoy resultarán utópicas para unos cuantos "señores serios", pero serán tema de actualidad palpitante antes de muchos años. Lentamente se va formando en nuestros pueblos una conciencia de integración americana, la cual tiende a expresarse no ya en la lírica detonante de los discursos sino en esa convicción de que sólo estructurando frentes interamericanos de defensa económica evitaremos el camino del nuevo coloniaje.
Y para concluir, he aquí las palabras con las que termina el colaborador de "El Mes Financiero y Económico" su jugoso artículo: Nos seduce la perspectiva de las uniones aduaneras con Ecuador y Venezuela; la eliminación de las fronteras económicas artificiales, que no hemos podido hacer efectivas en la práctica y que solamente podríamos hacerlo con grandes sacrificios; la eliminación del contrabando; la eliminación de esas murallas artificiales que conspiran contra los elementos naturales, aislando más y más a países que por consideraciones pasadas y futuras debieran estar más unidos; la colaboración más estrecha de un grupo que unido y fuerte puede aprestar un aporte mayor a la causa común de las Américas. Los Estados Unidos de América deben en grandísima parte su portentoso desarrollo a la eliminación de las trabas interiores para el intercambio comercial entre los estados soberanos. Un efecto semejante, sin unión política, podría surtirse en nuestro grupo"