Autor: Rómulo Betancourt
Título: La segunda discusión en el Senado, del proyectado empréstito de 27.000.000 de bolívares
Fecha de publicación: 11-07-1938
Publicación: Diario Ahora


E 8 de junio tuvo lugar en la Cámara del Senado la segunda discusión del proyecto de Ley que autoriza al Ejecutivo Federal para emitir obligaciones Tesoro.
Hubo discusión reglamentaria. Pero no debate. La mayoría afecta a la tesis del empréstito -que no otra cosa se oculta detrás del articulado de la Ley en cuestión- guardó silencio; y en silencio alzó la mano para aprobar el proyecto ejecutivo. Si apenas dejó oír la voz de los senadores Romero Sánchez y Luis B. Prieto, salvando sus votos.
El senador Romero Sánchez hizo una segunda exposición. Este documento sí tiene médula, consistencia y fuerza polémica. No se trata ya de una elucubración abstracta, con frecuentes referencias a personajes de la mitología antigua, sino de un documento razonado y convincente.
Desde nuestro punto de vista objetivo y periodístico, no nos interesa averiguar los móviles que guíen a ese parlamentario cuando adopta su posición anti emprestista. No nos interesa explicar, ni explicarnos, la contradicción entre su actitud ante esa Ley y su tradicional posición defensiva de las tesis ejecutivistas (tal, por ejemplo, la asumida al negarle al Congreso Nacional toda atribución para introducir reformas en el Presupuesto de Rentas y Gastos de la República).
Simplemente, enfocamos su proceder ante esa cuestión trascendental para la República -la del, empréstito- aislándola de las actuaciones antiguas o futuras de ese miembro de la Cámara Alta.
Y ese proceder es justo, patriótico y sensato. El senador Romero Sánchez ha dicho lo que debía decirse, frente al insensato proyecto de comprometer la República por vía de una política emprestitista.
Señala -como ya nosotros lo hemos hecho sistemáticamente desde esta columna- que los empréstitos son arbitrios extraordinarios, suerte de "remedios heroicos", a los cuales no debe apelar una Nación sino después de haber agotado las que pudiéramos llamar "fórmulas naturales".
Las medidas por las que se pronuncia, como substitutos del proyectado empréstito, son: la mejor administración de la renta pública, la supresión del contrabando y del fraude fiscal, la supresión del derecho burocrático, una política nueva frente a las empresas petroleras, la creación de nuevas fuentes de ingresos para el Estado (impuestos, Refinería Nacional de Petróleo, Banco Central de Emisión etc.)
Este criterio lo comparte una gran mayoría de los venezolanos. Está en la conciencia de nuestro pueblo que la distribución del presupuesto y la administración de la renta pública no se ajustan, en su conjunto, a un propósito efectivo de superación y mejoramiento. Se ven reflorecer prácticas que tuvieron su hora de auge menguado en los días del régimen pasado. Y son órganos de opinión tan prudentes y cautos en sus opiniones, como El Universal, los mismos que no vacilan en estampar en su columna editorial conceptos tan netos como éste. Ya nos hemos referido a los favoritismos y al sistema de aprovechamiento y de negocio personal que está en la conciencia pública que todavía más disimulado o llevado con más maña. Porque lo que el pueblo ve es que gentes en estrecha conexión con determinados sectores de la administración pública, aparecen como repentina y extraordinariamente enriquecidas, o, por lo menos, hacen gala de ello". (El universal, 15 de junio de 1938).
Al mismo tiempo, se constata un superdesarrolIo de la fauna burocrática, suerte de pulpo multitentacular que absorbe una parte exagerada de la riqueza que crean, dificultosamente y en medio donde la vida es cada vez más dura, las mayorías laborantes de la Nación. Se ha creado ya entre nosotros algo que ha podido calificar con justeza el senador Romero Sánchez de >. Suerte de privilegio, de fuero, que confiere prerrogativas de sueldos exagerados y gabelas injustificables a una casta aferrada resueltamente a las ubres del Estado, a costa y en perjuicio de toda la Venezuela productora.
Por último, se descubre también en los medios oficiales una apatía o timidez inexplicables frente a los intereses capitalistas extranjeros. Estos son, junto con una minoría nativa de grandes comerciantes e industriales y de banqueros, los únicos intereses aptos para soportar fácilmente la carga de un régimen tributario nuevo.
Refiriéndose concretamente a la posibilidad de extraerle a las empresas imperialistas extranjeras dos 27 millones que se pretenden obtener mediante el funesto arbitrio del empréstito, dice el Senador Romero Sánchez:
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Ante estas argumentaciones del doctor Romero Sánchez, hubo un impresionante silencio en el Senado. Y es que sus afirmaciones son irrebatibles. ¿Quién es capaz de negar, con argumentos valederos y no con frases retóricas, que el empréstito no será necesario si se planifican y controlan mejor los gastos de la administración, si se poda la frondosa flora burocrática y se hacen pagar impuestos proporcionados con sus fabulosas ganancias a las compañías extranjeras usufructuarias de las mejores fuentes nacionales de riqueza?
Todavía falta una última discusión a la Ley de emisión de obligaciones del Tesoro en la Cámara del Senado; y las tres reglamentarias en Diputados. Y el mínimum de lo que puede pedirse al sector independiente de ambas Cámaras es que deje constancia, ante la historia, de que no asume responsabilidad aprobando una legislación innecesaria, semillero de nuevos peligros para la soberanía nacional.