Autor: Rómulo Betancourt
Título: La centralización del Situado en el estado Sucre
Fecha de publicación: 16-08-1938
Publicación: Diario Ahora


El Boletín de la Cámara del Comercio de Caracas, en su entrega correspondiente a junio de 1938, publica un impresionante informe de su corresponsal en Río Caribe.
De ese informe se evidencia que el distrito Arismendi del estado Sucre, -antiguo emporio de riqueza agrícola- vive hoy una angustiosa situación de crisis. Huyendo de ella, la gente emigra en masas de Río Caribe, muy poca atenta a las juiciosas, aun cuando inoperantes, recomendaciones hechas contra el éxodo a las ciudades por el Ministerio del Interior, en la trajinada circular de todos conocida.
El corresponsal del Boletín, al analizar las causas de esa crítica situación económica de Río Caribe y pueblos vecinos, señala entre las más determinantes la medida del Ejecutivo Regional de centralizar el situado. En esta forma, ha desaparecido de la circulación alrededor de diez mil bolívares mensuales, cuota del situado estadal que le correspondía al distrito Arismendi.
Refiriéndose a las repercusiones que ha tenido en ese distrito la política de centralización económica y administrativa realizada por el Ejecutivo regional, dice el corresponsal:
"La centralización del situado ha dejado ver ya sus resultados funestos en nuestra clase proletaria, en virtud de que hace algunos meses que la asignación mensual que le corresponde a Río Caribe (distrito Arismendi) se viene estancando paulatinamente sin saberse a esta hora cuál es el criterio del gobierno regional con respecto a este asunto de trascendental importancia para nuestro pueblo. Semejante posición ejecutiva ha traído consecuencialmente el paro forzoso de más de doscientos obreros que relativamente percibían una remuneración equitativa y aparentemente cónsona con sus precarias necesidades".
El lenguaje de este trozo que transcribimos no da la medida del descontento que existe en el Estado Sucre con motivo de la centralización del situado.
La circunstancia de ser el Boletín órgano de una entidad comercial le impuso a su corresponsal ese tono objetivo, prudente, expositivo casi, con que enfocó la cuestión. En cambio, los órganos de prensa del estado Sucre hablan con palabras airadas cada vez que plantean el asunto del situado desde sus columnas.
Hemos tenido oportunidad de leer periódicos de Carúpano, reproduciendo y comentando, con palabras donde fielmente se refleja la desazón colectiva, los telegramas enviados por la ciudadanía de varios distritos al Ministro de Relaciones Interiores y al Presidente de la República. En ellos se protesta, en tono cuya uniformidad evidencia la centralización del descontento, contra la no distribución del situado entre los distritos.
En nuestra opinión, dio un paso en falso la Asamblea Legislativa de Sucre al facultar al Ejecutivo Regional, y atendiendo a la exigencia de éste, para centralizar el situado. Esa fórmula centralista afecta a una tradición enraizada en el ánimo colectivo, porque tiene sus fuentes de orígenes en prácticas de gobierno establecidas desde la Colonia. Ya antes de proclamarse la República, y en virtud del ordenamiento jurídico establecido por España en sus dominios ultramarinos, la descentralización administrativa era una realidad. El Municipio administraba sus propios fondos. La progresiva ruina del país -tarea a la que se dio, con ardor y perseverancia dignos de mejor causa, el caudillaje gobernante a través del ciclo republicano- determinó el agotamiento de las fuentes de ingresos fiscales de carácter municipal. A eso se agregó la creciente injerencia del poder central, urgido de dinero para satisfacer los apetitos de su vasta clientela burocrática, en la vida municipal, nacionalizando impuestos primitivamente comunales. Fue como una compensación parcial de ese poder central a los gobiernos regionales y municipales que se estableció el sistema de situados, aporte del Gobierno Federal para el sostenimiento de los gastos administrativos y para la financiación de obras de utilidad pública en los estados. La equitativa distribución del situado entre los distritos fue, de inmediato, reivindicada por los distritos. Y la consigna de descentralización administrativa del situado era tan nacionalmente sentida, que a la muerte de Gómez se apresuraron los Concejos Municipales de toda la República, a plantearla ante los mandatarios regionales; y a hacerla triunfar en muchos casos.
Ha sido, pues, contra una aspiración profundamente enraizada en los pueblos la desdichada reforma introducida en la Constitución del Estado por los legisladores de Sucre. Río Caribe, como Carúpano, como los otros pueblos y ciudades del Estado, han experimentado, sobre su carne viva, el resultado de esa medida. El situado centralizado ha dejado de fecundar la empobrecida economía municipal, que prácticamente es parasitaria, dependiente de los dineros que les aporta el Estado.
Claro está que esta situación es absurda y de una trágica significación. En último análisis, significa que Venezuela como Nación tiene su economía dependiente, subordinada a Venezuela-Estado. Empero, mientras esa situación no se modifique en lo profundo --creándose y vitalizándose una economía nacional de tipo reproductivo, autónoma, próspera y saneada- lo lógico es que las inyecciones de numerario que el Poder Central suministra a los Estados no se centralicen en manos del Ejecutivo Regional, sino que se distribuyan, equitativa y prudencial mente, entre los distritos. Esta descentralización económica y administrativa no excluye, sino que reclama, la función de contraloría ejercida por el ejecutivo Regional sobre la Reforma como los Concejos Municipales gasten su respectiva cuota-parte del situado constitucional, así como las precarias rentas comunales.
La próxima Asamblea Legislativa de Sucre debe rectificar, sin vacilaciones, el peligroso paso en falso que dio en 1937.