Autor: Rómulo Betancourt
Título: Otra vez insistimos sobre el arroz de Quisiro
Fecha de publicación: 27-08-1938
Publicación: Diario Ahora


Hace algún tiempo planteamos en esta columna el problema que confrontan los productores de arroz de Quisiro, estado Zulia.
Y hoy volveremos sobre el tema. Nos sugiere esta reincidencia en un tópico ya abordado la lectura de un interesante artículo publicado en el diario Panorama, de Maracaibo. Lo suscribe Juan Cristóbal, seudónimo detrás del cual descubrimos una mente lúcida y una desvelada preocupación por los problemas económico-sociales de la República. Satisface ver cómo en la provincia van despuntando ya tipos de periodistas responsables, serios, negación de ese ente palabrero y sin información alguna que ha pululado tradicionalmente, en las redacciones de periódicos nacionales.
Juan Cristóbal, el colaborador de Panorama, sitúa el problema en los términos en que ya la enfocáramos nosotros:
Los productores de arroz de Quisiro, tienen su cosecha de este año almacenada, sin salida posible. El público no lo consume. Su presentación, debido a los métodos primitivos de beneficio, es poco grata a los ojos. Y el consumidor reclama siempre un producto >. Está presentación deficiente no coincide con deficiencias del grano, en cuanto a su poder alimenticio. Por lo contrario. El Centro Venezolano de Higiene contestó al diputado Matos Romero, a una pregunta que éste le hiciera sobre el valor nutritivo del arroz sin descascarar (caso en que está el de Quisiro) que > Sin embargo de todo esto, el arroz de Quisiro no tiene salida, porque el consumidor no lo acepta con la facilidad con que compra el de Siam -limpio, brillante y de buena presentación- y porque los importadores, que hacen pingüe negocio vendiendo al por mayor el arroz que traen de Asia antes que facilitar, obstaculizan la venta del producto criollo.
Ante esta situación, los productores de Quisiro han pedido que el Ministerio de Hacienda, tal como procedió el año pasado, establezca un impuesto diferencial y transitorio de Bs. 6 más, por sobre los tributos causados por el arroz extranjero. La exigencia de esa medida sería por el lapso requerido para la colocación en el mercado de la cosecha acumulada y no vendida.
Sin pronunciarse en contra de esa exigencia de los agricultores -aún no atendida por las autoridades fiscales de la República- Juan Cristóbal señala lo limitado de esa medida. No puede depender la colocación de un producto agrícola en los centros de consumo, de la repetición rotativa, en cada cosecha, de una medida fiscal de excepción.
Y señala las tres providencias estatales que deben tomarse, y sí capaces de solucionar de raíz el problema que de año en año se plantea a la laboriosa colectividad agrícola de Quisiro. Esas providencias son:
1) Aceleramiento de los trabajos ya emprendidos para dotar a Quisiro de un molino moderno, donde se beneficie el arroz con métodos perfeccionados y técnicos. Recuérdese que un diputado de excesiva adhesión al oficialismo sostuvo en la Cámara, con un desparpajo ejemplar, que ya ese molino está funcionando. No es así, y todas las medidas del caso deben tomarse para que inmediatamente entre a prestar sus útiles servicios.
2) Dotación de pozos artesianos a la zona arrocera de Quisiro. Esta es una región sin riego natural estable, en la cual la cosecha depende de las eventualidades de las lluvias. Si se adelantan o se atrasan, los productores corren el riesgo de la pérdida de la totalidad, o de parte, de sus cosechas. Cálculos ya hechos permiten estimar en no más de Bs. 30.000 el coste total de cinco pozos artesianos, suficientes para solventar el problema de la irrigación de esos campos.
3) Créditos baratos, a largo plazo, suministrados por el Banco Agrícola y Pecuario a los empobrecidos y esforzados cultivadores de arroz de Quisiro, quienes trabajando con las >, han dado un ejemplo al país de perseverancia y contracción en el laboreo de la tierra.
Estas medidas deben abordarse de una vez, armónicamente, porque tienden a solucionar situaciones desfavorables que están concatenadas entre sí. Las soluciones parciales son ineficaces. ¿Qué harán los productores de Quisiro con el molino que les está instalando el Ministerio de Agricultura, si siguen careciendo de agua para irrigar los campos y de suministros en dinero para la atención de las siembras, la recolección de las cosechas y el mejoramiento de los cultivos?
Y téngase en cuenta que se trata de proteger el cultivo de un fruto de generalizado consumo en el país, elemento fundamental en la dieta alimenticia del venezolano. Artículo del cual se importan anualmente por nuestros puertos enormes lotes producidos en el extranjero y causando una salida anual de más de cinco millones de bolívares pagados a los cosecheros de Asia y de otras regiones extranjeras del exterior.
Abordar problemas como éste que dejamos expuesto, y no reincidir en la política de "comunicados" y de las charlas insubstanciales por la radio, es lo que debe hacer el nuevo Ministro de Agricultura, si es que realmente tiene interés en la vitalización y desarrollo de la economía nacional.