Autor: Rómulo Betancourt
Título: Oportunidad para municipalizar el Servicio Eléctrico en el departamento Vargas
Fecha de publicación: 06-09-1938
Publicación: Diario Ahora


En algunos diarios y semanarios se ha publicado un artículo del señor J. M. Álvarez, de La Guaira, sobre municipalización de la luz eléctrica en el departamento Vargas.
Detrás de las líneas de ese trabajo se descubre con facilidad al ciudadano preocupado por los problemas colectivos, al autodidacta que se ha hecho de una cultura propia en el estudio desvelado del equilibrio. Leyendo a Álvarez nos gana una convicción alentadora, la misma que ya exteriorizáramos al comentar artículos de Juan Cristóbal, el de Maracaibo, y de Berti, el de Ejido. Ella es la de que en Venezuela se está forjando una promoción de hombres capaces de encarar, con ánimo de solución, los grandes problemas del país. Pareciera como que obraran todos a impulsos de una misma consigna negadora del grito demagógico y de la vociferación irresponsable. El tiempo ha pasado por un tamiz implacable a los hombres ya las actitudes; y los que solo traían como aporte para las urgencias venezolanas un repertorio de frases vacías y de clichés palabreros, se están hundiendo en la nada de su propia incapacidad. Y los auténticos valores de la juventud renovadora del país, sometidos hoy a una disciplina de estudio y de acción bien disparada, ocupan un puesto de avanzada que ya nadie podrá disputarles. Con lo que se ha comprobado una vez más, que la tarea de transformarle la fisonomía a un pueblo no puede usurparle prolongadamente, la demagogia disfrazada de redentorismo. Esa obra compete a los que saben ser, a un mismo tiempo, reflexivos y audaces. A los que supieron asimilar la gran verdad de que los problemas sociales no son para abordarlos los charlatanes, sino para resolverlos los capaces. Estos tres hombres de la provincia de quienes nos hemos ocupado en artículos sucesivos, glosando enfoques suyos a urgentes y trascendentales cuestiones locales o nacionales, no vienen del aula. La Universidad no los dotó de ciencia. En el estudioso hacerse del autodidacta han adquirido la lucidez de criterio con la cual abordan los problemas venezolanos.
Este comentario entusiasmado sobre tres escritores de provincia encajan bien como preámbulo al concreto, documentado y orientador artículo del. M. Álvarez.
Se enfoca en él la proximidad del vencimiento del contrato sobre alumbrado eléctrico, convenido entre el Gobernador de Caracas, Juan C. Gómez y la Compañía Anónima Generadora de Fuerza y Luz Eléctrica. Ese contrato prorrogó por 15 años el que ya venía rigiendo para el suministro de fuerza y luz eléctrica en el Departamento Vargas. El 24 de septiembre concluye el lapso de vigencia acordado a esa contratación y se le plantea al Concejo Municipal del Distrito Federal la incógnita de la actitud que ha de asumir. O prorrogar el contrato dejando ese servicio público vital en manos de intereses privados; o municipalizarlo, asumiendo directamente el control de todo cuanto se relaciona con la distribución de fuerza y energía eléctrica en el departamento Vargas.
El contrato que ha regido hasta hoy, tarado de todos los vicios de peculado y concusión tan característicos del gomecismo, deja desamparada a la Municipalidad y a los consumidores de La Guaira, Maiquetía, etc. El único impuesto a cobrar por el fisco comunal es de ¡Mil bolívares al año! En cambio, la Municipalidad pagó en un sólo año a la empresa, por el deficiente servicio urbano que presta en el Departamento Vargas, la cantidad de Bs. 128.158,85. El servicio privado es tan deficiente como el público.
Claro está que el Concejo Municipal actual no renovaría el contrato en las condiciones onerosas que vienen rigiendo desde el 25 de abril de 1925. Pero no basta con reivindicar ventajas para el Municipio. Lo importante es que el Concejo Municipal aproveche la ocasión magnífica que se le presenta para municipalizar ese servicio público.
Álvarez se refiere al apoyo resuelto, de todos los sectores productores del Departamento Vargas, que tendría esta medida.
Nosotros le damos cálido respaldo. Hemos sostenido siempre la tesis de que los servicios públicos de tanta importancia como el eléctrico deben estar bajo el directo comando de las Municipalidades.