Autor: Rómulo Betancourt
Título: La intervención del Concejo Municipal frente al costo de la vida
Fecha de publicación: 07-09-1938
Publicación: Diario Ahora


En la sesión de anteayer del Concejo Municipal, presentaron varios ediles -señores Amoré Campos, Juan Miguel Suárez, Blanco Monasterio y Puerta FIores- un interesante proyecto de comunicación para el ciudadano Presidente. En forma sumaria dio cuenta la crónica de los diarios de esa intervención parlamentaria de los ediles por San José, La Vega, La Pastora y El Valle. Y por creer de interés vital para la ciudadanía el conocimiento de ese documento, hemos acudido a uno de sus elaboradores en solicitud de él. Nuestro artículo de hoy será una glosa a ese ponderado y enérgico proyecto de comunicado al ciudadano Presidente de la República.
El proyecto de comunicación al Presidente de la República, comienza recordando el interés sostenido del cuerpo edilicio capitalino, ante los más acuciantes problemas colectivos. "Ha sido preocupación constante de este Concejo Municipal-dice- el agudo problema de la vida cara. Recibimos, en las urnas comiciales, mandato tácito de la ciudadanía del Distrito Federal, de procurar su bienestar; y es por lealtad a ese compromiso implícito contraído en el momento mismo de juramentamos como ediles que hemos procurado, por todos los medios puestos por la Ley en muestras manos, el abaratamiento de la vida".
Continúa luego haciendo una alusión concreta a la debatida ordenanza, por la cual el Concejo tasó el precio de venta del azúcar, de acuerdo con una interpretación a la Carta Política vigente -que los proponentes continúan considerando como justa -por la cual se atribuye a las Municipalidades todo lo relacionado con abastos. Sin embargo, y deseoso el Concejo de "no provocar un nuevo intercambio de notas polémicas con la Gobernación de Caracas", y convencido, además, "de que el alza escandalosa de los artículos de primera necesidad requiere con inaplazable urgencia la intervención oficial", expone al ciudadano Presidente de la República, con toda crudeza, como está planteada la situación.
Vale la pena transcribir el párrafo completo de la exposición, en que se precisan datos numéricos, reveladores del alza inmoderada de los artículos de más generalizado consumo. Dice así:
"En los actuales momentos los artículos de más generalizado consumo se venden en Caracas a precios más altos que en ninguna otra época. En tiempo de plena cosecha de marzo este grano se vende, al por mayor, al precio de Bs. 28 los 100 kilogramos. para detallarse a Bs. 0,32 1/2 el kilogramo. Para este mismo mes el año pasado. el maíz se vendía por mayor a Bs. 18 los 100 kilogramos y se detallaba a Bs. 0,25 el kilogramo. Las caraotas -elemento indispensable en la mesa de la casi totalidad de los venezolanos- se cotiza en Caracas a Bs. 80 los 100 kilogramos para detallarse a Bs. 0,90 el kilo, mientras que el año pasado se vendía por mayor a Bs. 40 (el 50% menos que hoy) los 100 kilos. y se detallaba a Bs. 0.50 el kilogramo., el papelón fino - consumido especialmente por las clases obreras-cuesta hoy Bs. 70 los 100 papelones y se detalla a Bs. 0,80 el papelón; y el año pasado tuvo como precio de mayor el de Bs. 55 los 100 papelones. y de detal de Bs. 0,65 el papelón. La manteca criolla tiene hoy en los almacenes mayoristas un precio de Bs. 2,20 por kilogramo para ser detallado a Bs. 2,50; y el año pasado se cotizó a Bs. 1.80 kilogramos por mayor, y a Bs. 2,25 en el detal. El queso vale hoy Bs. 2,65 por mayor, para ser detallado a Bs. 3 el kilogramo; y el año pasado se compraba en los almacenes a Bs. 1,80 el kilogramo, y se detallaba a Bs. 2,25 el kilogramo".
Por último, la exposición concluye sugiriéndole al Presidente de la República que haga uso de los numerosos medios a disposición del Ejecutivo, a fin de abaratarle la vida a la ciudad capital. El Concejo no tendría a su alcance sino la regulación del precio de venta de los víveres, mediante la promulgación de una ordenanza, cuyo destino puede preverse de antemano: el veto ejecutivo y la ratificación por la Corte, del criterio que ya tiene sentado sobre la materia.
Podría también la Municipalidad limitar el número de intermediarios entre el agricultor y el consumidor, por medio del establecimiento de mercados libres, o almacenes municipales de depósito, a los cuales acudieron los "conuqueros" y pequeños hacendados vecinos de Caracas, con sus frutos.
Pero el análisis a fondo de la situación -el cual discrimine la parte que en el encarecimiento de artículos de primera tiene el acaparamiento de frutos de las derivadas del exceso de intermediarios, entre quién produce y quién consume, así como la resultante de cosechas deficientes- sólo puede hacerlo el Ejecutivo. Y las soluciones armónicas y complejas sólo pueden venir del Ejecutivo. El Concejo, cogido entre las mallas de una Ley Orgánica cercenadora de sus atribuciones y expuesta a las anulaciones de la Corte a sus acuerdos, bien poco podrá hacer en este caso.
Tomando en cuenta estos hechos, nos parece reveladora de un espíritu realista y desinteresado a un mismo tiempo, la actitud asumida por los concejales proponentes del comunicado, al Presidente de la República. Encastillarse en la defensa doctrinaria de posiciones y renunciar en nombre de ellas al irrenunciable deber de procurar el mejoramiento de sus representados, es actitud que no debe asumir el Concejo. Por eso, antes que continuar encasillado en una posición principista, debe abordar, apelando a todos los medios lícitos y honorables, la solución de los problemas más urgentes de la ciudadanía.
Más que de alegatos doctrinarios, el pueblo necesita de lo que está dándole el Concejo con la Ordenanza sobre Viviendas Obreras y con el Comunicado que dirigirá al Presidente de la República, acerca del coste prohibitivo para el hogar pobre, de los alimentos básicos en su comida cotidiana.