Autor: Rómulo Betancourt
Título: La cuestión de las divisas extranjeras
Fecha de publicación: 15-09-1938
Publicación: Diario Ahora


La Revista de la Asociación Nacional de Comerciantes e Industriales -en su número 9- publica un editorial alarmado contra las maniobras de los especuladores con divisas extranjeras.
Esta nota editorial se inicia con este párrafo, de justificada agresividad: "Con este van tres años que vemos representarse en público con los mismos títulos, la misma comedia, que ya no es sino burla descarada, manejada clandestinamente por una deshonesta especulación".
Y continúa en este mismo tono aludiendo a los manejos, a todas luces antipatriótico y deshonesto, de quienes se han dado a la tarea de crear alarmismos alrededor de la estabilidad del bolívar.
Este tópico lo enfocamos hace algunos días. Y en el mismo tono que lo hace ahora la revista de la Asociación de Comerciantes e Industriales. Dijimos que una clique de agentes nacionales de ciertas compañías extranjeras acuden, con periodicidad calculada, a la táctica de propalar noticias sobre una próxima desvalorización del bolívar. Esos rumores hasta se ocultan, más no menos hábilmente, tras de artículos de algunos diarios, quienes tocan con cierta regularidad el organillo de Guayana en ruinas y del Táchira en bancarrota porque el bolívar se cotice oficialmente, en relación con el dólar americano, a Bs. 3,19.
En estos días, estamos contemplando una nueva ola de alarmismo, cuyas fuentes de incubación no son difíciles de precisar. Ya terminó de liquidarse la cosecha de café y de cacao. El aporte de dólares y de libras esterlinas que hacen los exportadores de frutos agrícolas en el mercado monetario nacional ya terminó. Depende en absoluto el mercado de divisas -desde ahora y hasta el momento en que se recoja, venda y liquide la próxima cosecha de frutos exportables- de los suministros que hacen las compañías petroleras de monedas extranjeras. Y es claro, con meridiana claridad, que sólo las compañías y sus corredores de bolsa están interesados en que cunda pánico 'en el comercio y la industria con respecto a la estabilidad de nuestro símbolo monetario. Esa alarma se refleja en forma de exceso de demanda de divisas sobre las que normalmente distribuye la Oficina de Centralización de Cambios; y en la actitud de los Bancos, de no aplicar esas divisas sino a la atención de sus propias necesidades y a las de unos pocos, escogidos, de entre sus clientes.
Esto es lo que llama muy justamente el editorial que glosamos el "truco de la especulación"; y tiene por finalidad lograr lo que ya han obtenido los conspiradores contra la estabilidad del bolívar: que el dólar se cotice a Bs. 3,28 en la Bolsa Negra; y 10 que aún no han logrado y aspiran a alcanzar: que el dólar "libre" llegue otra vez a cotizarse, como cuando regía el Convenio Tinaco, a Bs. 3,93, o más.
Como muy bien plantea la Revista de la Asociación de Comerciantes y de Industriales, se necesitan dos medidas inmediatas de parte del Ejecutivo.
La primera de ellas es la de ratificar públicamente, como ya lo hizo hace dos años, que la política monetaria del Gobierno, valoricionista del bolívar, es firme. Esta declaración pondrá una traba a las deshonestas campañas subterráneas de los agentes de intereses antinacionales.
Segunda, contestar a esta sencilla, pero acusadora pregunta: ¿Quién suministra dólares a la Bolsa Negra? Porque existiendo una Oficina de Centralización de Cambios ninguna operación con moneda extranjera puede ni debe estar fuera de su control.
Esta investigación resulta tan fácil de hacer como la que dilucide cuál es la nacionalidad de los "submarinos desconocidos", que echan a pique a los barcos de la España republicana. En Venezuela no aportan dólares al mercado monetario, en cantidad sensible, sino los exportadores de frutos agrícolas; y las compañías petroleras. Los primeros ya no tienen dólares que ofrecer al mercado, liquidada como ha sido, casi en absoluto, la cosecha del año pasado. En consecuencia, resulta tarea de niños -si se quiere abordar- la de descubrir quiénes son los suministradores de divisas extranjeras en el mercado clandestino, extra oficial: el de la Bolsa Negra.