Autor: Rómulo Betancourt
Título: Comentario a un comunicado de la Cámara de Comercio de Caracas
Fecha de publicación: 18-09-1938
Publicación: Diario Ahora


Ha sido publicado en todos los diarios de Caracas, en su edición del 15 de este mes, un Comunicado de la Cámara del Comercio de Caracas. Nos proponemos analizado con la mayor objetividad. Situados desde un ángulo de serena apreciación de los hechos. Nuestra función de periodistas independientes, sin compromisos diferentes de los que implícitamente I}os ligan con el público lector, nos permite actuar en esa forma.
Se queja la Cámara de Comercio de una serie de hechos, que considera 1esivos para el decoro del gremio que representan. Esos hechos son:
1) La publicación de un aviso del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, acusando a comerciantes, indiscriminadamente, de vender leche para niños, desaseada, que no llena los requisitos sanitarios. Exige la Cámara del Comercio -y con justeza, según nuestra opinión- que el cargo no se diluya. El Ministerio de Sanidad y Asistencia Social debió publicar, sin contemplaciones de ninguna clase, la lista de los comerciantes que jugaban, criminalmente, con la vida de los niños venezolanos, expendiendo en sus establecimientos leches adulteradas.
2) El Ministerio de Agricultura y Cría publicó un comunicado, que considera injusto la Cámara en el cual alude a la práctica de algunos comerciantes de vender a precios altos, implementos agrícolas por los cuales no pagan derechos arancelarios. En este caso, la razón la tiene plenamente el aludido Ministerio. Es práctica reprobable de determinados comerciantes mayoristas y detallistas vender a precios que no guardan relación con los de coste, ese género de mercancías. Merece pleno respaldo La anunciada decisión del mac. de controlar el precio de venta de esos artículos; e, inclusive, de establecer depósitos de ellos en aquellos sitios donde tal control sea difícil, o donde no existan establecimientos comerciales que los vendan.
3) Critica la Cámara de Comercio al Ministerio de Hacienda que al publicar su comunicado donde anunciaba no haber llegado a un acuerdo con el comercio sobre el precio 'de la sal, dejara sin informar que el margen de ganancias ofrecido al comercio fue del 3%. Este margen nos parece justo, tratándose de un artículo de tan generalizado consumo y de uso tan vital para el hombre que no puede ser susceptible de ganancias mayores. Al mismo tiempo, no encontramos en qué se basa la Cámara del Comercio para afirmar, prejuzgando apriorísticamente, que los depósitos de sal que establecerá el Ministerio de Hacienda en varias ciudades y pueblos de la República "no traerá, probablemente, al Gobierno, sino atención, gastos, cuando no pérdidas". Esta afirmación es reflejo de la vieja tesis, negada hoy por la moderna teoría administrativa y por la práctica de muchos países donde los gobiernos gerencian con éxito determinadas ramas de la producción, del Estado espectador. Si el Ministerio de Hacienda pone al frente de la administración de esos depósitos de sala funcionarios probos y capaces, no hay razón para que presten un servicio deficiente ni para que causen pérdidas a la Nación. Y en verdad no alcanzamos a explicarnos por cuál causa el Ministerio de Hacienda, en el comunicado publicado en los diarios el 17 de septiembre para contestar al de la Cámara de Comercio, elude por completo la réplica a esa aseveración que comentamos. Pareciera como que el Despacho en cuestión, una vez asumida la actitud progresista que ha recibido pleno respaldo tácito de la opinión consciente del país, vacilara para hablar de ella.
4) Al comentar los altos precios de algunos artículos de primera necesidad, observa la Cámara de Comercio, y con bastante razón, que buena culpa de ello la tienen los aranceles altísimos que pechan mercancías de generalizado consumo. Enfoca, concretamente, el caso de la harina de trigo. El fisco cobra por cada saco de harina importada un aforo de 18 bolívares, mientras que el comerciante mayorista hace una ganancia, según el comunicado de la Cámara de Comercio, de Bs. 1,50.Y a sobre este tópico fijamos, netamente, posición. Creemos que es urgente la revisión del sistema tributario nacional. En el Programa de Febrero ya se hablaba de esos "pechos aduaneros" que encarecían la vida de las masas consumidoras, por cuanto los impuestos de aduanas equivalen, muchas veces, al 150, al 180 y al 200% del valor de las mercancías c. i. f. La Guaira y Puerto Cabello.
En estas condiciones, se impone una científica, meditada y rápida revisión de los aranceles de aduanas, en forma tal que se compagine la necesidad de proteger la agricultura nacional con la de abaratarle la vida a 3.000.000 de consumidores.
En nuestro artículo de mañana, con detenimiento, analizaremos el aspecto más complejo de la exposición de la Cámara de Comercio: el relativo a el acaparamiento de artículos de primera necesidad.