Autor: Rómulo Betancourt
Título: Datos sobre el comercio exterior, reveladores de la difícil situación económica nacional
Fecha de publicación: 16-10-1938
Publicación: Diario Ahora


En el artículo en que comentamos las modificaciones introducidas por el Ejecutivo en el sistema de primas de exportación repetimos algo sobre lo cual hemos escrito en más de una oportunidad Nos referimos al hecho de que el sistema de primas de exportación significa paliativo pasajero y superficial para un problema -el de la improductividad venezolana- de raíces muy profundas
Este problema se evade resueltamente en los mensajes anuales y en las Memorias ministeriales. Y no porque sea ignorado en los medios gubernamentales. Es de presumirse que el ojo oficial se detenga, aún cuando fuere por simple curiosidad, sobre las cifras alarmantes de nuestro comercio exterior, suerte de hoja clínica donde se registra la dramática situación económica venezolana. Esas cifras han venido publicándose en una serie de artículos, folletos y libros publicados por los Ministerios de Hacienda y de Fomento; y, últimamente, por el de Relaciones Exteriores En la obra Análisis del Comercio Exterior, editado por Relaciones Exteriores y elaborada por la Dirección de Estadística del Ministerio de Fomento, está resumida la ya cuantiosa bibliografía oficial en materia de importaciones y exportaciones de la República.
Basta hojear esa obra para calar cómo es de alarmante la perspectiva económica nacional Nuestra evolución en ese sentido es regresiva No avanzamos, sino que retrocedemos. De año en año, en vez de aumentarse el número de los renglones exportables, se disminuyen Y tanto, que en la obra que citamos pudo escribir la Dirección de Estadística del Ministerio de Fomento:
"Durante el año de 1937, prescindiendo de los hidrocarburos y del oro, tan sólo hay cinco artículos cuyo valor de exportación sobrepasa al millón de bolívares: café, cacao, cueros, ganado y legumbres, hortalizas, frutas y especies A esto ha quedado reducida la venta en el exterior de los productos de un país como Venezuela tan rico en toda clase de materias primas, sin que pueda alegarse la elevada cotización del bolívar puesto que, como hemos visto, la desaparición de unos artículos y disminución de otros se ha ido produciendo en y la distintas épocas, y los productos que vende Venezuela en la actualidad se cotizan en oro a un precio mucho más bajo del que tenían en las épocas de mayor exportación."
Esta reducción del número de artículos de exportación que coloca nuestro país en los mercados consumidores se ha realizado a través de un proceso de progresiva decadencia El añil -que durante la Colonia y los primeros tiempos de la República fue artículo de producción nacional con extenso mercado exterior- ha desaparecido en absoluto de nuestro comercio de exportación Igual, o parecido fenómeno, se ha confrontado con respecto al algodón, el tabaco, el balatá, el, asfalto, el papelón, el mineral de cobre, los bananos, etc.
Algunos de esos artículos han desaparecido del tráfico internacional porque productos sintéticos los han substituido; o por decadencia en sus aplicaciones debido a las modificaciones que el progreso técnico y científico introduce continuamente en los sistemas industriales Caillaux, en una obra de extenso crédito en Europa (Adónde va Francia), analizaba hace algunos años este fenómeno de la instalibilidad en la aplicación de materias primas debido a las mutaciones introducidas por los descubrimientos científicos en los procesos de elaboración de mercancías
Esta contingencia -que no sólo Venezuela ha confrontado- ha sido resuelta en otros países, mediante el abandono de cultivos ya no remunerativos para substituidos por otros. En cambio, en nuestro país no han sido substituidos por ningunos otros cultivos que debieron abandonarse, como el del añil por ejemplo.
Hay más: el hecho de que se hayan reducido nuestras exportaciones a cinco productos (café, cacao, cueros, ganado, legumbres en general) no implica de ningún medio que el ritmo de producción de esos artículos se haya acelerado Por lo contrario. Mientras los otros países de América vecinos al nuestro (Colombia, Brasil) han intensificado progresivamente su producción de frutos que también cultiva y exporta Venezuela, nosotros vamos siempre a la zaga. El caso del café es muy típico Refirámonos a él.
En Análisis del Comercio Exterior, encontramos una muy interesante investigación sobre los porcentajes de aumento de las cosechas cafeteras en Venezuela, Colombia y Brasil El porcentaje de aumento de Venezuela en 1933-1937 con respecto a 1861-1885 ha sido del 135´9 por 100, del 3740´5 por 100 para Colombia y del 396´1 por 100 para Brasil. En la producción total Venezuela representa el 5´7 por 100 en 1881-1885 y el 2´4 por 100 en 1933-1937 En cuanto al cacao, Venezuela produce poco más del 2 por 100 de la producción mundial Y agrega el libro que comentamos: "Tampoco pesa su especialización en cuanto a los cueros o al ganado vacuno."
Ésta es la realidad. Y hay que enfocarla y plantearla desnudamente Agregando en todos los tonos y en todas las oportunidades que no son paliativos tan superficiales como las modificaciones de detalle en las primas de exportación lo que puede aportar una salida progresiva a esa bancarrota de la economía natural de Venezuela.