Autor: Rómulo Betancourt
Título: El Bolívar es objeto de extrañas medidas
Fecha de publicación: 10-04-1937
Publicación: Diario Ahora


En su editorial del día 8 nuestro colega "El Universal" dio la sensacional noticia de que las empresas petroleras habían retirado el aporte de cien mil dólares diarios que acostumbraban entregar al mercado de cambios, cantidad que era distribuida así: setenta mil dólares entre los bancos, nacionales y extranjeros, que funcionan en Caracas, y treinta mil entre los de Maracaibo.
Pedía el mencionado diario que se dijese al público de quién había partido esta iniciativa y cuáles son los motivos que obraban para proceder en forma tan manifiestamente perjudicial al proceso de robustecimiento del bolívar que ha venido desarrollando al Gobierno hasta ahora con muy buen tino.
En su edición de ayer inserta el mismo diario una nota que pretende explicar el problema. La información proviene de las esferas oficiales, bancarias y comerciales pero, en vez de arrojar luz sobre la interesante cuestión, la hace menos explicable.
Se desprende de los informes recogidos por el colega que la retirada del aporte de cien mil dólares que vertían las compañías extranjeras en el volumen de la oferta diaria de monedas extranjeras se debe a la normalidad del mercado. Es decir, que no hacen falta. Estamos conformes en que no hacen falta si es que se quiere mantener el bolívar a su tipo de hoy, Bs. 3,39, o si es que se le pretende bajar más aún, pero sí hacen falta, y mucha, si el Gobierno está resuelto a insistir en su política de valorización de nuestra divisa. Es indudable que el bolívar estaría ya a razón de Bs. 3,80 o 3,75 por dólar, con tendencia a subir más si las compañías hubiesen continuado suministrando sus cien mil dólares diarios. Nosotros creemos que el mercado no está "normal" mientras se cotice el bolívar a un tipo ficticio como es el actual. Creemos que estará normal cuando se le cotice a Bs. 3,06 o un poco más, según está nuestra balanza de pagos.
No alcanzamos a comprender cuáles sean los nuevos beneficios especiales que de esta situación se desprenderán para los agricultores. Es verdad que con el bolívar al tipo que rige, los exportadores adquieren un 28 por ciento más por sus frutos, pero también es cierto que el Gobierno ha ofrecido, en repetidas ocasiones, compensarlos debidamente, en estrecha relación con las fluctuaciones de los precios de ultramar con las fluctuaciones del cambio. No vemos, pues, por qué han de alarmarse los agricultores ante un alza del bolívar.
Por otra parte, no debemos olvidar que la exportación de café y cacao, apenas si llega a unos Bs. 40.000.000, y que, en cambio, las importaciones de este año, haciendo caso omiso de las importaciones de las Compañías, libres de derecho y las del Gobierno, pasarán probablemente a Bs. 150.000.000.
Hasta un niño de escuela primaria puede calcular cuán perjudicial es para la economía general, ganar el 28 por ciento sobre cuarenta millones, para perderlo sobre ciento cincuenta. Con esta desvalorización ficticia del bolívar no hacemos otro cosa que poner dinero en el bolsillo del agricultor con una mano para sacárselo en seguida con la otra, ya que el productor de artículos de exportación es a la vez, consumidor de artículos importados. Además de esta pérdida cierta sufrimos lo que nos causa el bolívar bajo, en la industria petrolera. Las compañías traen hoy a Venezuela alrededor de $31 millones para atender a sus necesidades. Con el bolívar a su paridad oro, tendrían que traer $40 millones o más. Sólo en este sector estamos perdiendo $ 9 millones por año.
Nosotros esperamos confiados en que el gobierno sabrá tomar las medidas conducentes a no interrumpir, ni siquiera temporalmente, el proceso del alza del bolívar.