Autor: Rómulo Betancourt
Título: La industrialización de la leche
Fecha de publicación: 24-11-1938
Publicación: Diario Ahora


El MAC ha publicado una interesante información, relativa a los esfuerzos que hace esa Dependencia oficial para impulsar la industrialización de la leche.
En esta materia -como en tantas otras, relacionadas con la agricultura y la cría nacionales- el atraso y empirismo nuestros son monstruosos. Eso explica por qué se importan anualmente por los puertos venezolanos leches desecadas extranjeras por un valor de Bs. 1.093.377,50. Eso también explica, por qué el queso llanero se compra actualmente por mayor al precio de Bs. 3,60 el kilogramo, mientras el "queso amarillo" holandés, después de satisfacer sus impuestos de aduana y los fletes marítimos, puede adquirirse en Caracas al precio de Bs. 2,90. Eso explica, por último, el hecho de que siendo Venezuela un país "eminentemente pecuario" -como todavía rezan los textos de geografía nacional- cueste aquí el litro de leche Bs. 0,75. En la dieta alimenticia del venezolano medio -del venezolano pobre, que constituye la aplastante mayoría de la población- no entran por eso la leche y sus derivados como elemento fundamental, no obstante que están contextos todos los higienistas en considerarlos como los "alimentos completos" por excelencia.
Tomando en cuenta esos hechos, no puede merecer sino apoyo cuanto se haga, desde las esferas gubernamentales, en favor de la industrialización de la leche. Superar los sistemas rudimentarios, heredados de la Colonia, que en nuestro país se usan para transformar la leche en varios productos industriales -queso, mantequilla, etc.- es una necesidad urgente.
El comunicado del MAC. informa qué se está haciendo en ese sentido.
Podemos resumir las labores que se notician así:
1) Ayuda crediticia estatal a las cooperativas lecheras. A este respecto, informa Agricultura y Cría que se ha prestado ayuda crediticia, a través del Banco Agrícola y Pecuario, a las dos cooperativas de productos lácteos que existen en el país; se ha dotado igualmente a esas cooperativas de la suma de Bs. 574.604, para la adquisición de plantas pasteurizadoras y equipos destinados a la manufactura de helados y mantequilla. También se cedió una planta pasteurizadora a varios criadores de Puerto Cabello, cuyo costo es de Bs. 49.452,55, los cuales serán reintegrados al Estado en cuotas anuales del 10% de la deuda (3% por concepto de intereses y 7% de amortización). Y, por último, se estudia la posibilidad de ayudar crediticiamente a un grupo de criadores de Encontrados, estado Zulia, quienes producen un promedio de 30.000 litros diarios de leche y están interesados en la industrialización de este producto, fabricando leches condensadas y desecadas.
2) Formación de un equipo de expertos en la industrialización de la leche. Bajo la dirección de un profesor, que se especializó en Dinamarca, se están impartiendo cursos teóricos y prácticos a varios jóvenes venezolanos sobre técnica en el "tratamiento" de los productos lácteos. Dispone esa escuela de una unidad motorizada, para trasladarse al interior. Serán distribuidos entre los distintos estados pecuarios del país esos cursantes, una vez que hayan adquirido una capacitación cabal en las materias objeto de sus estudios.
Todo esto nos parece muy bien. Como ensayo, como primer esfuerzo. Medidas más a fondo se requieren. No escapará a nadie que el volumen de los préstamos hechos a criadores, así como el número de estudiantes que forman en la Escuela a que nos referimos, no se compadecen con las necesidades de Venezuela, ni con el gran atraso de la industria pecuaria nacional.
Al mismo tiempo, queremos hacer otra observación. Es la de que el Estado, al refaccionar económicamente a grupos de criadores, no debe olvidar dos circunstancias: 1) que debe procurarse siempre el beneficio del mayor número de ellos, en cada renglón, a fin de que los préstamos y la colaboración técnica del Estado no asuman el carácter de favoritismo hacia pequeños "grupos", y 2) que en los contratos de préstamo que celebre el Estado con esos criadores se deje siempre salvo el interés' del consumidor -que es interés de la colectividad- en cuanto al precio de venta de los artículos a expender por esas cooperativas de productos lácteos.
Y a este respecto, es oportuno refrescar un dato -publicado insistentemente en varios órganos de prensa y al cual no se ha dado todavía satisfactoria explicación oficial. Nos referimos al hecho de que una cooperativa caraqueña, ayudada con largueza por el Estado, haya vendido -o continúe vendiendo, no lo sabemos bien- alrededor de 6.000 litros diarios de leche a uno de sus miembros, gran industrial, al precio de Bs. 0,25 el litro. No resulta de ningún modo aceptable que mientras centenares de niños pobres -y las estadísticas del Servicio de Puericultura hablan muy categóricamente al respecto- dejan de consumir leche por el alto precio de ésta, se esté vendiendo el producto, en cantidad tan crecida y a precio tan bajo, a un industrial poderoso.
Lo que exigimos en este caso no es nada distinto de cuanto hemos reclamado insistentemente en esta columna. Esto es, que el Gobierno Nacional no olvide cómo ejerce un mandato de todos los venezolanos, y no de minorías privilegiadas. Y, luego, que toda ayuda crediticia a la industria nacional -urgente e inaplazable, por otra parte- debe ser condicionada. El Estado, en todo contrato de préstamo con fabricantes privados de artículos de consumo, debe dejar a salvo su derecho de controlar el precio de venta de tales artículos, tanto al detal como por mayor.
En último término, la industrialización del país -en aquellas ramas en que resulta posible- debe propender al abaratamiento del producto que aquí se fabrique; y al fortalecimiento económico de todos los sectores de la producción que con esas industrias estén conexionados, y no sólo a minorías de entre ellos.