Autor: Rómulo Betancourt
Título: Una encuesta sobre el costo de la vida
Fecha de publicación: 29-12-1938
Publicación: Diario Ahora

Nuestro colega El Universal, ha abierto una encuesta en sus columnas que merece ser apoyada por la ciudadanía. Tiende a fijar y precisar el coste de vida en la ciudad de Caracas.

El cupón respectivo precisa los datos más interesantes para la formación del presupuesto familiar. Se pide en él la especificación del montante de ingresos mensuales que tiene el hogar; y el volumen de gastos, distribuidos en pago mensual por alquileres y por alimentación. Se exige la especificación del número de miembros de cada familia, incluyendo el servicio, discriminándose los niños menores de 15 años y los miembros adultos. También se exige la especificación aproximada del consumo diario, por cada miembro de la familia, de los siguientes alimentos fuertes: leche, pan, carne y huevos.

Esta encuesta del diario de Las Gradillas se cierra el próximo martes 3 de enero, a las 6 de la tarde. Y es una circunstancia que, en nuestro concepto, estorbará para el cabal éxito de la investigación que se persigue. El plazo de duración de la encuesta se ha fijado muy perentoriamente.

Coincide esta iniciativa periodística -que aplaudimos y respaldamos, sin egoísmo de ninguna clase y porque en la lucha contra la vida cara venimos cooperando resueltamente- con una de carácter oficial. El Ministerio de Fomento, a través de la Oficina Central de Estadística, está formando un censo de presupuestos familiares. Y ha llegado hasta ofrecer premios en metálico a quienes presenten en forma más precisa y acertada los detalles de gastos e ingresos de su hogar.

Queremos hacer algunas consideraciones en favor de ambas iniciativas, que merecen, lo repetimos nuestro más firme apoyo.

La primera de ellas, es la de que no puede negarse un sedimento de verdad a quienes eluden su cooperación a esta clase de encuestas, arguyendo que está a la vista de todos que la vida experimenta alzas continuas. Esta es una verdad general, indiscutible e indiscutida. Sin embargo, la verificación bien aproximada del volumen de esas alzas no puede alcanzarse sin que se disponga de un número apreciable de presupuestos familiares. Ese es el procedimiento que internacionalmente se sigue para averiguar, en una forma científica y seria, las oscilaciones que experimenta el costo de la vida.

Un segundo argumento en contra de este género de encuestas lo suministra, a quienes son opuestos a ellas, cierta absurda y arrogante tesis que profesan muchas personas en Venezuela. Consiste en considerar que datos como el de la cantidad de dinero que se gane y se gaste en su casa no tiene por qué conocerlos nadie. Constituyen secreto personalísimo o inviolable. En quienes así piensan y proceden, está viva la herencia de aquellos hidalgos pobres de España, personificados en algunas de las creaciones de la novela picaresca, orgullosos de su miseria y empeñados en ocultarla. Gente que se regaba unas cuantas migas de pan entre las barbas, no obstante vivir a riguroso régimen de hambre, para producir en quienes los vieran la impresión de haberse banqueteado opíparamente. Indudablemente que estos continuadores de esos ridículos personajes de novela-bufa se negarán a enviar a El Universal, o a la Oficina Central de Estadística, sus presupuestos familiares, repitiendo muy convencidos de que 'las pobrezas se devoran en casa'. Y sólo queda la esperanza de que los miembros jóvenes de familias donde prevalezca tal criterio pasatista y absurdo cooperen en la elaboración y envío del respectivo presupuesto familiar, pasando por encima de las caducas opiniones, a El Universal y a la Oficina Central de Estadística.

Por último, otro argumento se esgrimirá contra estas encuestas. Nos referimos al de quienes, saturados de un pesimismo en gran parte justificado por la inercia administrativa, digan que en nada se beneficiarán los afectados con la vida cara, de encuestas, cuyo resultado no va a tener resonancia oficial. Esta posición pecaría de sectaria. Es indudable que el Gobierno Nacional -como nosotros lo hemos dicho responsablemente- no ha tomado hasta hoy medidas coordinadas y enérgicas para abaratar la vida. Pero también es cierto que algunas resoluciones oficiales recientes -Mercados Libres, crédito de emergencia a pequeños productores, sugerencia del MAC para que se suprima el derecho de 'degüello', etc.- revelan ya, un comienzo de inquietud gubernamental por el álgido problema. Y sólo precisa continuar planteándolo, enérgica e incansablemente, hasta lograr que esa inquietud ya revelándose, se transforme en honda preocupación. Desde este punto de vista, los resultados de la encuesta de El Universal -si son, como es de esperarse, plenamente confirmadores de la tesis de que en Caracas el costo de la vida es insoportable- tendrán el sentido de un plebiscito. Plebiscito contra la vida cara; y contra los responsables, directos e indirectos, de esa situación. Y en favor de una ingerencia ejecutiva enérgica en pro del abaratamiento del alojamiento, los transportes, la luz eléctrica y los artículos alimenticios de primera necesidad.