Autor: Rómulo Betancourt
Título: Insistimos sobre el precio del azúcar
Fecha de publicación: 17-08-1937
Publicación: Diario Ahora


Creemos necesario insistir sobre este tema. Ya, como una réplica esperable a la interesante disposición que se discute en el Concejo Municipal del Distrito Federal, han surgido las voces en airada defensa de la agricultura.
En esas voces hay que discriminar. Nos encontramos entre ellas con el acento interesado del que utiliza esa "defensa" de la industria azucarera como pabellón que le cubra la mercancía como telón de boca para continuar detrás de él sus retributivas actividades de acaparador. Y nos encontramos también con la actitud, del individuo que por ignorancia del tema acepta la idea de la supuesta ruina a que conduciría la fijación de precios de venta del azúcar a los productores de caña. Estos últimos se instalan en una cátedra y adoptando aires dogmáticos pontifican en defensa cálidamente quienes están de acuerdo en una enérgica defensa del consumidor de los manejos dolosos del que se dedica a jugar al alza con los artículos de indispensable consumo.
Nosotros, en defensa de un límite de venta fijado por el Concejo Municipal, vamos a intentar algo más que la imprecisa elucubración literaria. En el terreno de la economía, esa imaginación fértil de alguno de nuestros periodistas tiene muy poco que hacer. El rigor lógico, el respaldo de la cita y del hecho concreto, el aporte del dato estadístico y su interpretación a la luz de un criterio científico, son los elementos que deben necesariamente servir para elaborar un punto de vista. Proceder en otra forma es exponerse a caer en el resbaladizo terreno del fantaseo.
En el Concejo se ha pedido que se fije en Bs. 6 el precio de venta, al por mayor, del azúcar de tipo corriente. Este precio ha sido considerado por algunos como no retributivo para el agricultor, como arruinador para la industria azucarera. Vamos a aportar a este respecto algunas observaciones.
Como primera de ellas, aportamos esta: el año pasado fue realizada una transacción, a propósito de la venta de la zafra del Central Tacarigua, entre los señores Spalding y D' Ambrosio de un lado; y el Gobierno Nacional y la Asociación Nacional de Agricultores, de la otra. Mediante esa transacción, los señores Spalding y D' Ambrosio recibirían una cuota de 15.000 sacos de la producción total de aquel ingenio, y el resto de la zafra la Asociación de Agricultores de Caña. Estos últimos, a su vez, se comprometían "a vender directamente o valiéndose de comisionistas en el mercado nacional el azúcar proveniente del Central Tacarigua, siempre que el azúcar de igual calidad, al por mayor, fuere en Caracas a razón de seis bolívares por saco de 10 kilos" y más adelante decía el contrato que citamos: "Si el precio en el mercado aludido es inferior a seis bolívares la Asociación de Agricultores de Caña exportará la cantidad que se juzgue necesaria, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura".
Sin mucho esfuerzo intelectual se saca una deducción de ese acuerdo. La de que la Asociación Nacional de Agricultores de caña encontraba, en marzo de 1936, que el precio de venta al por mayor del azúcar corriente a razón de Bs. 6 por saco de 10 kilos era retributivo. Sólo un precio menor lo consideraba justificador de la medida de exportar a bajo precio, realizándose algo semejante a la política del dumping practicadas por algunas naciones industrializadas, a fin de mantener en el mercado interno un nivel determinado en las cotizaciones del artículo.
La operación realizada por la Asociación Nacional de Agricultores de Caña fue de balance positivo. Según el informe publicado en las páginas 336 y siguientes de la memoria del Ministerio de Agricultura y Cría, de un examen realizado en la Contabilidad de dicha Asociación, la utilidad obtenida hasta el 30 de noviembre sobre esos azúcares recibidos del Central Tacarigua alcanzó a Bs.16.146.15. De esa suma, que comprende los azúcares moscabados y lavados, la mayor parte de la utilidad corresponde a la venta de azúcar moscabada a un promedio de Bs. 37.435.
El mismo informe que venimos citando, de los contabilistas Arévalo y Friedrich, tiene una demostración numérica de la utilidad que obtendría la Asociación de Agricultores de Caña de Azúcar comprado al Banco Agrícola (administrador del Central Tacarigua), hasta el 30 de noviembre del año pasado. Esa demostración es la siguiente:

Valor de 1.426 sacos lavados a Bs. 35 Bs. 49.910.00
Gastos de elaboración a razón de Bs. 0.4849 Bs. 5.513.50
por saco de a 10 Kgs. sobre 11:371 sacos.
Bs. 55.423.50

Venta de 6.807 sacos de 10 Kgs.
a un líquido de Bs. 5.70 cada uno Bs. 38.799.90

Valor de 4.564 sacos en existencia, calculados
al mismo precio de venta Bs. 26.014.30 Bs. 64.814.70

Saldo a favor de esta negociación Bs. 9.391.20

Los mismos contabilistas, mediante demostraciones numéricas, llegan a la conclusión de que las utilidades probables que dejaría la venta del saldo aún sin salir al mercado de la zafra del Central de Acarigua podían calcularse en Bs. 203.920.60.
Estos datos deben tomarse en cuenta, para apreciar si el precio de venta al por mayor de Bs. 6 y es o no es arruinador para la industria azucarera.
Ei precio de Bs. 5.70 a que se colocó los azúcares del Central de Acarigua dejaron los apreciables márgenes de utilidad a que nos hemos referido con cifras elocuentes.