Autor: Rómulo Betancourt
Título: El problema del alojamiento
Fecha de publicación: 21-08-1937
Publicación: Diario Ahora


Aquí estuvo de moda la cuestión inquilinaria. Se habló bastante sobre el problema constituido por el alto precio de arrendamiento de las casas de habitación. Anulado por el voto inconsulto de una mayoría parlamentaria al servicio de los demás inconfesables intereses el proyecto de Ley de Arrendamientos Urbanos del diputado Rojas Contreras, pareciera como que una tácita consigna de silencio se hubiera dado la prensa. El tema de los alquileres altos ha desaparecido de la circulación y el problema, sin embargo, subsiste; y coexiste con el otro que le está muy vinculado: el de la crisis de alojamiento.
En Caracas, especialmente, nos encontramos con el doble problema de que los arrendamientos de las casas de habitación alcanzan cifras muy crecidas; y de que ya son insuficientes las casas construidas para alojar a la cantidad de habitantes, en crecimiento continuo por la emigración provinciana, de que dispone la ciudad.
Se aprecia una magnífica incuria oficial ante ambos problemas. Y es por eso oportuno informar de cuales han sido los esfuerzos desplegados por Gobiernos de otros países para enfrentarse a uno de ellos; estimulando la construcción de casas de habitación cuando se ha confrontado el problema de la crisis de alojamiento. Los datos en referencia los hemos tomado de uno de los números más recientes de la publicación mensual Informations Sociales, que en Ginebra edita el Bureau Internacional du Travail.
En la Nueva Gales del Sur el Parlamento adoptó, con fecha 2 de febrero de 1937, una ley sobre mejoras del alojamiento. Dicha Ley prevé una extensión de las cooperativas, que serán las encargadas de poner en ejecución ese plan de mejoras. Un comité consultivo especial suministrará informes a las sociedades. En lo relativo a subvenciones, ellas alcanzan alrededor del 90% de la inversión. El Gobierno británico destinará un total de 500.000 libras a la financiación de ese plan.
En Austria, el Gobierno federal ha hecho publicar, el 17 de marzo de este año, una Ley destinada a estimular la construcción de pequeñas casas de habitación. Se prevé que la ejecución de este plan, para cuya financiación destina el Gobierno 20 millones, se traducirá en 5.000 nuevas casas, listas para ser habitadas. Y este número previsto de nuevas construcciones será cubierto en el curso del año 1937-1938. De acuerdo con la Ley, las casas en referencias no deben construirse sobre una superficie mayor de 80 metros cuadrados; y el constructor debe aportar por lo menos e140% de la inversión.
En Lituania fue organizada por el Gobierno una comisión especial, para estudiar el problema del alojamiento. La comisión está integrada por representantes de los ministerios del Interior y de Agricultura, de la Cámara de Agricultura, de la Cámara del Trabajo, etc. Aún cuando los proyectos no han sido aún elaborados, ya la Municipalidad de Kaunas han designado los terrenos, situados en las afueras de la población, donde serán construidos los nuevos barrios reclamados por la ciudad.
Estas tres informaciones concordantes revelan como se está prestando atención, en otros países, a un problema que entre nosotros se eterniza sin que nadie lo afronte. Y no es que perdamos el sentido de la realidad. Sin que sea necesario recordárnoslo, bien sabemos que las disponibilidades financieras de nuestros Gobiernos nacional y distritales no admiten comparación con las de esos países que hemos citado. Pero dentro de nuestras posibilidades modestas, bien se puede intentar la construcción en Venezuela de barriadas populares decentes, con casa donde se alíen la comodidad y el confort, para ser vendidas en condiciones liberales, con plazos largos y en cuotas bajas, a muchos que en la actualidad habitan casuchas en pésimas condiciones y rentando altos alquileres.