Autor: Rómulo Betancourt
Título: La oficina central de estadística
Fecha de publicación: 05-08-1937
Publicación: Diario Ahora


Índice de la desorganización venezolana es ése de que seamos unos de los contados países del mundo sin estadísticas oficiales. En los "Anuarios" que publica la Sociedad de las Naciones, Venezuela figura con apenas unas pocas cifras-índices, y la mayoría de ellas producto más que de la investigación cuidadosa y científica de los muy vagos "cálculos aproximados".
El régimen político que hasta fines de 1935 imperó en Venezuela no permitía otra cosa. Gómez gobernaba con el empirismo grosero de un dueño de fundo, con "los métodos aprendidos en el corral de ganado", como de Juan Manuel Rosas dijera Sarmiento. Hombres sin ninguna preparación técnica eran sus colaboradores más inmediatos en las funciones más delicadas de la Administración Pública. Y ese equipo cerril ninguna importancia pudo atribuirle nunca a las ciencias económicas, y a su auxiliar insustituible; la estadística.
Estado que no haya hecho un inventario de la riqueza nacional no puede actuar acertadamente sobre la colectividad. Actuará por tanteos, por aproximaciones. La colectividad no tendrá tampoco un concepto adecuado sobre las reservas nacionales de riqueza sobre las posibilidades de desarrollo económico del país. En un país sin estadística, el Gobierno no es sino "un ciego guía de ciegos", para usar la expresión bolivariana.
Es elogiable intento de reaccionar contra ese atraso y desorganización nuestras, el del Gobierno Nacional cuando contrató los servicios de técnico español en estadísticas, profesor Vandellós. Careciendo el país de equipos científicamente preparados en cuestiones de estadística, a ese profesional español se le señalaron en el contrato con el Estado dos obligaciones: dictar un curso completo de estadística en nuestra Universidad, de inscripción libre; y organizar la Oficina Central de Estadística de Venezuela.
Con esa típica propensión nacional a los entusiasmos explosivos, pero poco sostenidas, más de 400 ciudadanos se inscribieron en el Curso de Estadística. En la actualidad, a un año escaso de distancia de la iniciación del curso; apenas quedan asistiendo a él 40 personas. De ellas, un grupo ha sido seleccionado y con él se ha formado el equipo inicial de la Oficina de Estadística, la cual ha venido funcionando en el mismo edificio que el Ministerio de Fomento y bajo su dependencia.
La Oficina Central de Estadística ha hecho ya el censo industrial y comercial del Distrito Federal; y está haciendo los primeros precios-índices de Venezuela. Otras tareas igualmente importantes tendrá que abordar en lo futuro; entre ellas la de la investigación por regiones del costo de vida, que puede servirle de segura orientación al Congreso que aborda la cuestión de regular legalmente los salarios mínimos en todo el país.
Esta labor de la Oficina Central de Estadística tiene posibilidades de ser fructífera. El técnico que está al frente de ella es persona laboriosa y que sabe lo que tiene entre manos. El grupo de compatriotas que ha permanecido firme en la asistencia al curso dictándose en la Universidad ¯y del cual fue seleccionado el equipo que colabora con el profesor Vandellós¯, ha demostrado tener vocación y disciplina.
Más, el éxito no estará asegurado mientras no se tomen dos medidas esenciales. La primera de ellas, hacer de la Oficina Central de Estadística un organismo técnico, sin interferencias con la política de intrigas, cubierto a toda contingencia de cambios ministeriales. Y al Iado de eso, que se proteja también, mediante un estatuto especial, a quienes se han desvelado sobre las páginas del libro para adquirir los conocimientos que ahora han puesto al servicio de la Nación en los distintos cargos de la Oficina Central de Estadística.
Si resulta monstruoso que el funcionario administrativo en general esté expuesto a los cambios ministeriales, o que en la selección del personal de empleados del Estado continúe prevaleciendo esa tara tradicional que es la "tarjeta de recomendación" mucho más inaceptable es que no estén cubiertos contra arbitrarios despidos quienes han necesitado estudiar estadística para servir al Estado.