Entrevistadores: Sofía Ímber;
Carlos Rangel
Entrevistado: Jimmy Carter, Ex Presidente de Estados Unidos
Programa: Buenos días
Canal: Venevisión
Fecha: 05-02-1986
SI: Tenemos con nosotros a Jimmy Carter, ex Presidente de Estados Unidos. Para Venevisión y para nosotros es un agrado y un honor esta entrevista que nos ha concedido Jimmy Carter, uno de los presidentes norteamericanos más amigo de América Latina y más convencido de que es un interés mutuo para Estados Unidos y para la América Latina mantener buenas relaciones sobre la base del respeto, de la soberanía, de la defensa de la democracia y los derechos humanos, y de la cooperación económica. No todo el mundo en América Latina está de acuerdo con esta visión, por ejemplo, Fidel Castro ha sido durante 27 años el abanderado del punto de vista de que Estados Unidos y América Latina son enemigos naturales. ¿Qué opina usted al respecto, señor Presidente?
JC: Creo que el pueblo de Cuba y el pueblo de Estados Unidos no son enemigos naturales. Yo estoy convencido de que hay metas e ideales comunes entre los pueblos latinoamericanos y el pueblo norteamericano, por ejemplo, en cuanto a la democracia, ha habido una tendencia hacia la democratización en América Latina, también en lo que se refiere a la aspiración a los derechos humanos, y dirigentes como Fidel Castro, que no creen en la democracia y no creen en los derechos humanos, naturalmente que encuentran una incompatibilidad con el resto de los americanos, tanto latinoamericanos como norteamericanos.
SI: En el lado norteamericano también hay quienes duden del ideal panamericano, que la idea de una relación especial, amistosa, predestinada tenga un fundamento real. Esos norteamericanos, ¿tratarían a Latinoamérica como una región más del tercer mundo, como África o Asia?
JC: Naturalmente que yo estoy totalmente en desacuerdo con ese concepto, y cuando yo ocupé la Presidencia de Estados Unidos traté, por el contrario, de lograr unión, una mayor unidad y alianza más estrecha con los latinoamericanos creyentes en los derechos humanos y que aspiraban democratizar sus países o América Latina. Luego he tenido el agrado de ver en estos años como eso ha ocurrido, ese movimiento hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos en América Latina: Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador, Perú, Panamá, y recientemente otros países en América Central como Guatemala y El Salvador. Esto es muy estimulante para quienes creemos en estas cosas y demuestra el profundo compromiso con la libertad y la democracia y los derechos humanos que compartimos los norteamericanos y los latinoamericanos.
SI: Presidente, desde cualquier punto de vista que se los mire, los nuevos tratados con Panamá sobre el Canal fueron de una importancia histórica, enorme en las relaciones de Estados Unidos con América Latina. ¿Qué resistencias tuvo usted que vencer para lograr que la opinión pública y el Congreso norteamericano aceptaran esos tratados? No olvidemos que alguien muy importante había dicho: "No hay un Canal de Panamá, hay un Canal norteamericano que pasa por Panamá".
JC: El ex Gobernador de California que una vez dijo eso se ha beneficiado recientemente muchísimo de que esos tratados existan. Estos tratados fueron una de las tareas políticas más difíciles que yo tuve en mi vida y en un momento determinado, según encuestas, sólo el 8% de la opinión pública estaba a favor de cambiar el estatus del Canal. De modo que, hubo que cambiar no sólo la opinión pública en Estados Unidos, sino también desde luego, persuadir a los legisladores, al Senado que tenía que ratificar el tratado, de ir en cierto modo en contra de ese hecho. Fue en realidad, y lo digo con toda modestia, el acto más valiente de un Congreso y en realidad fue posible el acto más valiente de un Gobierno norteamericano con relación a Latinoamérica. Por ejemplo, había 20 senadores dispuestos a votar por el tratado y quienes tenían que ir a reelección el año siguiente, y a 14 de esos 20 les costó su puesto en el Senado votar por los tratados del canal de Panamá, perdieron las elecciones.
SI: ¿Cuál fue la contribución del presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez al proceso de negociaciones de estos nuevos tratados de Panamá?
JC: El tratado fue desde luego negociado bilateralmente entre Estados Unidos y Panamá.
CR: Entre el presidente Carter y el presidente Torrijos.
JC: Ahora bien, el presidente Pérez, como otros líderes democráticos de este hemisferio, fueron muy constructivos y ayudaron mucho en el proceso, en momentos difíciles de este proceso, y también estos dirigentes democráticos como el presidente Pérez ayudaron a modificar la opinión pública norteamericana, a ilustrarla. Los nuevos tratados con Panamá impidieron que el Canal fuera destruido, porque yo pienso que sin estos tratados el Canal hubiera podido ser destruido, hubiera podido haber una guerra en Panamá y eso hubiera causado un terrible deterioro en las relaciones hemisféricas, porque los tratados originales, los de 1902, eran tremendamente injustos para Panamá. De manera que, los intereses de Estados Unidos también fueron protegidos con estos nuevos tratados que sólo alguna gente no comprende.
SI: ¿Qué piensa usted de los progresos de América Latina hacia la democratización en Brasil, Argentina, Uruguay, El Salvador, Guatemala, Honduras?
JC: Yo me siento muy complacido y agradecido de que esto haya ocurrido. Mi esposa y yo hemos estado tratando de visitar esas nuevas democracias, o esas democracias recuperadas, con la idea de que esas visitas puedan fortalecer las fuerzas democráticas dentro de cada país en esta transición que estas naciones han tenido hacia la democracia.
SI: ¿Qué opina del problema que significa el comportamiento del Gobierno sandinista de Nicaragua?
JC: Yo pienso que es muy importante para las demás naciones del hemisferio que se pongan de acuerdo sobre este tema, y al mismo tiempo mantener la máxima presión política y económica sobre ese Gobierno sandinista para forzar un movimiento hacia el pluralismo político en Nicaragua y hacia la democracia. Es decir, es muy importante el consenso para ejercer presión sobre ese Gobierno sandinista. Yo creo personalmente que el proceso de Contadora es la mejor esperanza de lograr esto, yo no creo que sea posible ni conveniente en Nicaragua una solución militar, a menos que esa intervención fuese masiva, que solamente una invasión masiva por parte de Estados Unidos podría desalojar al Gobierno sandinista, y yo no creo que eso sea conveniente, sino que más bien si ocurriere, sería una terrible equivocación y no solamente sería una equivocación en Nicaragua, sino que tal intervención norteamericana de producirse, sería muy mal recibida por los pueblos de América Latina. La influencia de los países democráticos puede ser muy incrementada por la estrecha cooperación entre ellos y de esa manera presentar un frente unido democrático ante los sandinistas. Esta misma semana yo voy a tener una reunión con los dirigentes del movimiento de resistencia, los llamados "contras", y luego de conversar con los dirigentes de la resistencia, viajaré a El Salvador. Estoy seguro que después de conversar con estos diferentes dirigentes tendré una idea más clara de lo que en realidad está ocurriendo allí.
SI: ¿Está usted de acuerdo con la política del presidente Reagan de ayudar a quienes en distintos países resisten la extensión del imperio comunista a sus patrias, en Nicaragua, en Afganistán y en Angola?
JC: Yo estoy seguro de que todos los dirigentes democráticos de este hemisferio están resueltos a impedir el progreso del comunismo, pero no siempre la solución militar es la mejor. En una competencia pacifica entre el comunismo y la democracia, la democracia tiene todas las ventajas y, por lo tanto, deberíamos fortalecer las fuerzas de moderación en Nicaragua y eso es lo que está tratando de hacer el grupo Contadora, y pienso que lo mejor que pueden hacer los Estados Unidos para frenar el comunismo, para detener el comunismo, es apoyar a fondo el proceso de Contadora.
SI: Perdón Presidente, pero la pregunta concreta era ¿si usted está o no de acuerdo con la política del presidente Reagan de ayudar no únicamente a Nicaragua, a los "contras" en ese caso, sino en Afganistán o en Angola o donde quiera que sea a quienes tratan de resistir por la fuerza de las armas al comunismo?
JC: Cuando yo era Presidente le di de hecho apoyo a los luchadores anticomunistas por la libertad, a los resistentes de Afganistán, era la única alternativa que había. Pero yo no pienso que en el caso de Angola sea aconsejable la asistencia militar a los resistentes contra el comunismo, porque significa coincidir en esa zona con Sudáfrica, de manera que, en ese caso, opino que lo preferible son negociaciones y no ayuda militar. En el caso de Nicaragua el presidente Reagan ha dependido demasiado de la ayuda militar y del estímulo al combate, y yo pienso que hubiera sido preferible poner más énfasis en el proceso de Contadora y en ese intento de actuar de concierto con las demás democracias del hemisferio.
SI: ¿Qué podría hacer Estados Unidos para ayudar al pueblo haitiano a superar la crisis?
JC: La situación haitiana se está deteriorando visiblemente y rápidamente por no solo la situación económica que es terrible, gravísima, sino que existe allí ese Gobierno opresivo que conocemos, y mi predicción es que ese Gobierno no va a sobrevivir. Por ello Estados Unidos debe estar lista para ayudar al nuevo gobierno haitiano económicamente en cuanto este nuevo gobierno surja. Como es sabido, Haití es el más pobre del hemisferio.
SI: La deuda externa latinoamericana es una amenaza para el avance de la democratización. ¿Cree usted que el llamado "Plan Baker" es una respuesta suficiente a este problema que se ha agravado para México y Venezuela con la caída de los precios del petróleo?
JC: En el mes de abril, en el Centro Carter de Atlanta, Georgia, se va a celebrar un seminario sobre este problema, se va a examinar no solamente el problema en su conjunto inmediato, sino a largo plazo. El presidente Lusinchi va a ir al Centro Carter en Atlanta a participar, y será el principal orador o uno de los principales oradores de este seminario. En esta forma habrá una audiencia nacional norteamericana para esa explicación que el presidente Lusinchi va a dar sobre el terrible peso, sobre la tremenda carga de la deuda externa latinoamericana. Tiene que haber más flexibilidad de parte de los países acreedores con plazos más largos e intereses más bajos, incluso los intereses bajos fijos y no fluctuantes. También los países acreedores deberían verse obligados a admitir más importaciones procedentes de los países deudores o comprarles más cosas porque con frecuencia los países acreedores han bloqueado con medidas proteccionistas las exportaciones que los países deudores quieren hacerles, es un problema mutuo que debe ser resuelto en conjunto y por ambas partes.
SI: Los bancos que prestaron tan irreflexivamente, ¿no deberían perder parte del dinero que prestaron como ocurre cuando le prestan a personas privadas?
JC: Algunos bancos indudablemente van a perder, quieran o no. En todo caso, Venezuela tiene el mejor record en el servicio de su deuda, pero también Venezuela necesita ayuda.
SI: ¿Cree usted probable o posible que el Congreso norteamericano ponga un impuesto de 5 ó 10 dólares por barril de petróleo importado para proteger la industria norteamericana de la actual caída de precios?
JC: Esa idea tiene defensores en Estados Unidos, pero llevarla a la práctica sería, en mi opinión, una gravísima equivocación. En la reunión que habrá en abril en el Centro Carter de Georgia, este punto puede ser justamente tratado y razonarse contra eso. Este impuesto al petróleo importado, si se llega a materializar, dañaría no solamente a quienes exportan petróleo a Estados Unidos como Venezuela, sino que sería también a más largo plazo, muy perjudicial para Estados Unidos, porque estaríamos castigando a nuestros mejores amigos como Venezuela, Ecuador, México.
SI: Y también estarían castigando a los consumidores de energía en Estados Unidos.
JC: Sí, efectivamente, Estados Unidos es uno de los mayores productores de petróleo del mundo y también de los mayores consumidores.
SI: Presidente, ¿qué puede y debe hacer Estados Unidos para mejorar sus relaciones con América Latina?
JC: Es difícil considerar o tratar en América Latina como si fuera una sola cosa, una unidad digamos, porque cada nación latinoamericana tiene su personalidad propia. Pero en general debería haber en Estados Unidos una comprensión de los problemas de América Latina, la deuda, el problema centroamericano, cualquier cosa que Estados Unidos pueda hacer para fortalecer la cohesión del hemisferio mediante cooperación, mediante el fortalecimiento de la OEA y actuando de concierto frente a la crisis que ocurra, sería de ayuda y, desde luego, Estados Unidos debería adherirse estrictamente a una política de no intervención.
CR: ¿Y que debemos hacer los latinoamericanos para mejorar nuestras relaciones con Estados Unidos?
JC: Una cosa importante que usted dijo en un libro que usted escribió, donde se muestra que muchos problemas de América Latina por los cuales se culpa a Estados Unidos, deberían ser resueltos por los latinoamericanos, no son estrictamente culpa de los norteamericanos. Existe un potencial formidable para el crecimiento económico y la prosperidad de América Latina, y si ese potencial se aprovecha, cuando los latinoamericanos reconozcan eso y logren desencadenar el crecimiento, habrá un progreso extraordinario, y Venezuela es un buen ejemplo de eso que yo digo, un país que era tan dependiente de alimentos importados y con nuevas políticas en el actual Gobierno que ha promovido la producción agrícola y pecuaria, se ha demostrado la posibilidad de un crecimiento rápido, por ejemplo en esa área. Eso es un buen ejemplo del potencial que existe en América Latina y que con frecuencia no es aprovechado.
SI: Presidente Carter, ha sido un gran honor para nosotros traerlo aquí en Venevisión y tenerlo aquí en Venezuela, usted siempre ha sido amigo. También quiero agradecerle públicamente a la señora Carter quien estuvo ayer en el Museo de Arte Contemporáneo y vio a los niños que la saludaron con tanto cariño.
JC: (Hablando en castellano) Es un gran placer para nosotros volver a visitar este país, muchas gracias.