Autor: Velásquez, Ramón J.
Título: "El Venezolano" de Antonio Leocadio Guzmán
Fecha de publicación: 12-02-1966
Publicación: El Nacional


1840
"EL VENEZOLANO"
DE ANTONIO LEOCADIO GUZMÀN

En la historia del periodismo político venezolano el periódico fundado por Antonio Leocadio Guzmán el 24 de agosto de 1840, ocupa puesto singular. Fue el gran instrumento para interesar al pueblo en su propio destino político. Introdujo un nuevo estilo, creó el clima para los grandes cambios sociales de las décadas siguientes. Fue célebre el duelo entre Juan Vicente González y Antonio Leocadio Guzmán. Pero la obra de González ha logrado una difusión posterior, una atención de la que ha carecido la que realizó Guzmán desde las páginas de "El Venezolano".

Sobre este periódico y su proyección en la historia venezolana escribió el gran historiador Enrique Bernardo Núñez un magnífico ensayo titulado "La Estatua de "El Venezolano", (Guzmán, o un destino frustrado") del cual reproducimos algunos párrafos.

Dice Núñez:
"El Venezolano es uno de los periódicos más interesantes que se han publicado en el país. No se le ha concedido su verdadero valor en la historia de nuestro periodismo. Llega a las remotas aldeas en donde no pasaba el tiempo. Alguien lo lee en voz alta al caer la tarde, y el círculo de oyentes cree oír sus mismas palabras. Ideas, aspiraciones que no han llegado a expresar, "El Venezolano, declara su redactor, es de genio popular". En agosto de 1841 sale de su propia imprenta. En enero de 1843 adopta nuevo formato, el mismo del Herald de Nueva York. Ha invertido en la empresa diez mil pesos fuertes. A mil cien llegan en breve los trescientos suscritores de los primeros días, lo cual le asegura una entrada mayor que la del Vicepresidente de la República. En la redacción el público puede leer los periódicos del extranjero llegados por el último paquete. Muchos de sus editoriales se dirían escritos hoy, y entregan al calor de la polémica una buena parte de la historia de Venezuela. Una de sus columnas se titula Daguerrotipo, sistema de retratos que acaba de instalarse en Caracas, Lo utiliza cuando se propone hacer el retrato moral de una persona. A veces se deslizan en su propaganda ideas, frases que habrá de tomar en cuenta la acusación, y sin detenerse a medir las consecuencias, guiado por su creencia de que para trasmitir a los demás las propias ideas hay que decir "lo que se siente y lo que se piensa, o en ser sincero consigo mismo", escribe en su editorial Política, de 22 de febrero de 1845 lo siguiente: "La sociedad siempre fuerte esencialmente, se encuentra débil por su insipiencia, y buscan los hombres la libertad en la guerra, ¿Hacen bien? Los tiranos y los esclavos dicen que no; los libres dicen que sí". El fiscal Ramón Rodríguez, en su informe de 6 de marzo de 1847 considera este artículo "hijo de las doctrinas de Hobbes, francamente reprobables, porque hieren y asesinan la sociedad en su vida moral".

"Desde el primer momento se le declara faccioso. Pretende, aseguran, trastornar la paz pública, desacreditar al país, atemorizar a los capitales. Se le llama ladrón, farsante, oportunista, descontento, resentido. Se le echa en cara la memoria del padre. Se le describe como un hombre cruel en la intimidad del hogar. Se le acusa de ambición personal, de buscar un empleo, de hacerse rico. Después lo llamarán momia, espectro, prócer falsificado. Guzmán se defiende con la Constitución. Proclama su adhesión al sistema constitucional. Cuando sus partidarios le piden un lema para imprimir su retrato, les da el siguiente de uno de sus editoriales, el del 27 de setiembre de 1841: "La Constitución de 1830 es para nosotros el Monte Sacro de los romanos". No lucha, asegura una y otra vez, por personas sino por principios. Los principios, he aquí su argumento favorito. El principio alternativo, el principio de la responsabilidad. Dice que el progreso material "no basta a un pueblo pensador, valiente, idólatra de los principios". Declara que "el honor de la Patria no puede ni debe confundirse por escritores ilustrados, con la fama y fortuna de los gobernantes". Veinte periódicos contestan a El Venezolano. Los escritores que han reseñado esta época condenan, por lo general, la diatriba de El Venezolano y de los periodiquillos que pululaban en torno suyo y abusaban con escándalo de la libertad de prensa. Se olvida enjambre de periódicos pagados con el oro ministerial: El Ancora, El Vejigatorio, La Tormenta, El Promotor, y luego el Diario la Tarde, ejemplo de todas las demasías. Guzmán se referiría más tarde "a la paciencia con que hubo de soportar los crueles y amargos ataques de las mejores plumas de aquel tiempo", (Véase contestación a El Liberal, 9 de noviembre de 1844). Así El Venezolano abandona el lenguaje moderado de los primeros tiempos. Se reabren viejas heridas. Odios inextinguibles separan dos bandos. No es difícil prever la famosa declaración de Guzmán en el Congreso de 1867: "Si los contrarios hubiéramos dicho Federación, nosotros hubiéramos dicho centralismo". (Cita
Domingo Antonio Olavarria (Luis Ruiz) Estudio Histórico-Político. (Valencia, 1895)".

(Columna Memorias de Venezuela). Caracas, 12 de febrero de 1966. p. C-1