Entrevistadores: Sofía Ímber; Carlos Rangel
Entrevistado: Vicente Ibarra, abogado, escritor
Programa: Lo de hoy
Canal: Radio Caracas Televisión
Fecha: 11-10-1974

CR: Nuestro invitado hoy es Vicente Ibarra, un venezolano que hacia los 30 años, si mal no recuerdo, abandonó un ejercicio del Derecho, cosa que hacía con mucho éxito después de haber hecho buenos estudios de abogacía, para seguir su vocación de escritor. Esta es una cosa que mucha gente sueña con hacer y nunca realizan. En Venezuela todos conocemos amigos que estudiaron Derecho y que hubieran querido ser escritores y, definitivamente, se ganan la vida siendo abogados. Vicente se dedicó a ser escritor. Ha escrito varios libros, el más reciente, éste (lo mostró en cámara), "De la Rotunda a la Calle Larga", es una novela histórica sobre la expedición del "Falke", aquel barco alemán en el cual vino el Gral. Román Delgado Chalbaud con un grupo de 20 venezolanos muy distintos, por cierto, que es uno de los aspectos interesantes del cuento, con la idea quijotesca de derrocar a Juan Vicente Gómez. Esto pasó en 1929.
SI: La verdad, que cuando se tiene aquí a un periodista, porque es colega nuestro, escribe en periódicos y revistas y a la vez es un hombre que también le gusta la política, uno se siente tentado por varios caminos, tanto así que Carlos y yo para este programa nos decíamos: "¿Cómo vamos a entrevistar a Vicente Ibarra, qué ruta va a tomar la entrevista?" Vamos entonces a empezar con el libro, que tú lo relates, y a la vez se lo recomiendes a todos porque está bien escrito y a la vez es algo maravilloso en la vida de un escritor, que es mejor que el libro anterior.
VI: Gracias.
SI: Y Carlos dijo algo que me da una idea. Dijo que Vicente Ibarra es abogado, dejó de ser abogado para hacer algo que muchos desean y no lo pueden hacer, que es ser escritor. Vicente Ibarra puede ser escritor y pudo ser abogado porque Vicente Ibarra es un hombre con posibilidades económicas e intelectuales, se le dieron todas las oportunidades, habla todos los idiomas, ¡ojalá fuera Embajador de Venezuela en cualquier parte porque lo haría muy bien! Pero el sueño de muchos es querer seguir siendo abogados y seguir siendo escribientes, y si son buenos escritores seguirán siendo buenos escritores.
VI: Yo soy abogado como fuimos tantos muchachos de Caracas, abogados porque no podíamos escoger sino entre tres profesiones: ingeniero, médico o abogado. Yo me desmayo cuando veo sangre, no sé ni lo que es una raíz cuadrada, entonces para que me dejaran en mi casa quieto, no me quedaba sino el tercer camino, abogado. Eso no lo escogí yo, eso lo escogieron por mí. En cambio escogí ser escritor. Ahí está donde se bifurca el problema, soy abogado por tradición y escritor por vocación.
CR: Es que en Venezuela las cosas han cambiado tan violentamente y en tan corto tiempo, que muchos jóvenes de ahora les cuesta trabajo imaginar eso que dice Vicente, incluso a hombres que no estamos ancianos ni mucho menos, que tan sólo había tres posibilidades universitarias.
VI: La otra posibilidad era ingresar en la Escuela Militar.
SI: A lo mejor lo hubieras pensado mejor.
VI: Pero eso había que disputárselo en primer año de bachillerato, cuando le quebraban a uno.
SI: O si se portaba muy mal.
CR: Lo cierto de esto es que los jóvenes que tenían vocaciones intelectuales, digámoslo así, con o sin comillas, iban a parar inexorablemente a la carrera de Derecho. Y todos conocemos en Venezuela hombres muy valiosos, por cierto, que si hubieran tenido la firmeza de carácter, pienso yo, en cierto momento de su carrera, cuando ya habían tenido inclusive éxito como abogado, como le pasó a Vicente, lo hubieran hecho muy bien y tal vez mejor que Vicente, pero ellos no lo hicieron así y él sí lo hizo.
SI: No estoy de acuerdo contigo.
VI: Yo tampoco.
SI: Primero, él tiene una vocación, y la palabra lo dice, va por encima de todo, absolutamente de todo. Eso que decía: "Yo no pude pintar porque estoy en Venezuela", ¡eso no existe!, el que es pintor, pintará de noche, pintará en La Rotunda, pintará por encima del cadáver de su madre, porque eso es lo que a él le gusta. Es decir, a mí me gusta la TV y tengo la seguridad firme de que será muy difícil que me quiten esa vocación. Y según otros, es la posibilidad económica. El que dice que no puede escribir porque tiene tres hijos, con tres hijos, con cinco, de noche, de día, escribirá. La vocación es por encima de todo y ésa no se esconde.
VI: A mí me ha pasado, tú que eres escritora lo sabes, te encuentras con una persona y te dice así con un tonito: "Guá, chico yo ya habría escrito un libro maravilloso, lo que es que no he tenido tiempo", y tú te quedas pensando "porque tú que tienes tiempo para perder, puedes escribir". Ahí entramos en otra faceta y es que en Venezuela, el escritor es un vago. Esa es la fama del poeta, de que el poeta era siempre el que no vendía mercancías.
SI: El caso extraordinario de Arturo Uslar. Arturo Uslar es un hombre de una generación totalmente diferente, es abogado, es un hombre que tiene que trabajar, y es el más eminente escritor venezolano.
CR: Con una producción literaria vastísima.
SI: Guillermo Meneses, con unas condiciones económicas sumamente precarias, es otro de los grandes escritores venezolanos, porque tiene vocación, tiene firmeza, porque tiene una necesidad que es superior a todo, que es la de expresarse por la palabra escrita.
CR: En cuanto al trabajo que tú mencionas, la no vagancia del escritor, este libro que no es muy voluminoso, tiene apenas 257 páginas, ¿qué significó como trabajo?, ¿qué implicó?
VI: Primero, toda una vida, porque yo lo fui gestando como uno lleva una novela. Papá no salió en el "Falke" porque yo estaba aún de brazos. Le dijo a papá: "Usted se queda porque tiene una responsabilidad muy grande para con su hijo", Delgado Chalbaud no le permitió a papá embarcarse porque yo estaba recién nacido y después yo me crié oyendo hablar de eso. Creo que yo identifiqué "Falke" y "tetero", las dos primeras palabras que yo recuerdo, del tetero y del "Falke". Son las dos primeras palabras que yo aprendí porque papá, aquello le pegó durísimo a papá y no volvió a levantar la cabeza.
SI: ¿Quién era tu papá?
VI: Papá era exiliado político.
SI: ¿Eso es una profesión?
VI: Sí, una profesión. Sí por eso digo que era exiliado político. Se casó con mamá en Europa. Mamá se embarcó en el "Cordillera", con toda la familia, como se hacía, para ir a casarse y estuvo 20 años en el exilio, papá pasó 20 años en el exilio hasta que murió Gómez, en el 36. Entonces en el 29, en aquella revolución, se congregaron todos los exiliados y los no exiliados, las tendencias mas distintas, como en todas las revoluciones. Gente que tienen un fin común pero objetivos distintísimos, digo motivos distintos. Papá contribuyó muchísimo porque era empleado de una agencia de turismo americana, se llamaba la "Raymond´s Smith". Fue el encargado de la parte de organizar los pasaportes, de ir a contratar el barco a Hamburgo con Marcos Bunimovich que también era de los compradores.
SI: Este señor se quitó buenamente el "vich". Era un gran señor el papá, yo lo conocí. A la vez era casado con una hermana de Teresa de la Parra.
VI: Ese mismo, sí, o sea que yo viví lo del "Falke" y después me entró la idea de hacerlo, por una serie de motivaciones. Y una anécdota, un día se presentó a mi oficina hace más de diez años, mucho más, Carlos Álamo Ibarra, mi primo, bien afeitado, en plena salud, con una serie de papeles en la mano, copias de carteras y me dijo: "Vicente, como yo sé que a ti te gusta escribir y yo me voy a morir, ¿por qué no escribes ese libro que yo no lo voy a escribir?", y me entrega una documentación interesantísima. Y le digo: "Pero, Carlos, chico, ¡escríbelo tú! Pero si estás en plena salud". A la semana murió quemado en un accidente horrible en Macuto, se baño de agua de colonia, de alcohol, después de bañarse, y se incendió. Entonces ya tenía yo otra motivación más para escribir ese libro, además que la documentación era interesantísima. Y después el trabajo que da todo libro de recoger, ir a entrevistar, que están ya todos muy viejecitos, a los que quedaban, a los sobrevivientes de la expedición del "Falke". Ninguno se negó a darme su versión del asunto. El capitán Mendoza, entre ellos, que fue quien me contó el cuento del "toque a muertos", frase que yo nunca había oído pero me dijo que él supo que habían matado al Gral. Fernández porque había un cornetín "tocando a muerte". Yo he buscado y después he preguntado y no hay un toque especial para muertos. (Carlos señaló que en otros países sí lo hay).
CR: También sé que Vicente, me lo han contado, se leyó todas las minutas del juicio que le siguieron en Hamburgo al capitán del barco, al segundo de a bordo de los marinos, por su intervención en la aventura. Todo esto es un vasto trabajo de investigación previa que luego se convierte en un libro de 252 páginas de una novela. Vamos a pedirle a Vicente que nos cuente el cuento, que es además histórico, de la expedición del "Falke".
VI: Román Delgado Chalbaud era compadre del Gral. Gómez y socio de él. Ellos eran socios en la Compañía de Navegación. Él era también andino, compadres íntimos, pero con una ambición muy grande que lo llevó a pasarse 13 años con un par de grillos de 80 libras. Durante los primeros cinco años de Gómez, los cinco primeros años de Gómez haberse apoderado de la Presidencia, exilando a Castro, Román era íntimo de Gómez. A los cinco años decide amarrar a Gómez en un barco en la Guaira en una de esas banquetas y Gómez, que no se sabe cómo era él, a él como que le avisaban de un mundo extraterrestre, porque no fue al banquete y allí empieza mi libro, con la historia de que cuando Delgado se da cuenta de que Gómez no va al almuerzo y además de que arrestan a todos los implicados, Delgado se presenta, de todas maneras a Miraflores a desayunarse y a llevarle las cuentas de sus negocios, porque ellos tenían negocios juntos. El Gral. Gómez lo recibe, no le habla nada, le echa unas puntas de esas muy veladas, de los amigos que no eran amigos, etc., y por fin... Este libro no se llamaba "De la Rotunda a la Calle Larga", se llamaba "El sapo y la estaca". Parece que cuando ya Delgado se iba a despedir, en ese desayuno, le dice Gómez: "Compadre, usted que es hombre de libros" -porque Delgado en esos días había escrito un libro alabando a Gómez que se llamaba "Por mi Jefe y por mi Causa"- "explícame un sueño que tuve ayer: Había un hueco en Maracay, al lado del Samán, y yo me levanté porque oí un ruido, me acerqué y vi que en el fondo del hueco estaba un sapo brincando y en la mitad una estaca, y en uno de tantos brincos desordenados, el sapo se clavó en la estaca. Dígame una cosa, compadre, ¿quién tiene la culpa, el sapo o la estaca?" Sin duda la culpa la tiene el que brinca.
SI: Nuestro invitado hablaba de que Gómez como que tenía un sexto sentido, como se dice hoy e incluso se estudia en algunas universidades, eso de las personas que tienen un oído mejor, sueñan cosas, etc. Yo acabo de recibir una carta muy simpática fechada el primero de este mes, lo que indica que el correo no anda muy bien, de Mérida, está firmada por Carlota Escalant, una carta muy simpática donde ella habla justamente de las posibilidades que ella tiene de oír y de ver ciertas cosas, quizás mucho antes que las otras personas. Gracias por la carta.
CR: Yo califiqué de quijotesca la expedición del "Falke", pero justamente la descripción que estaba haciendo Vicente Ibarra de Delgado Chalbaud no corresponde al calificativo quijotesco. Un hombre de poder, un hombre socio de Gómez, un hombre duro, ¿cómo es que Delgado llega a embarcarse literalmente en el "Falke"?
VI: A través de 13 años de meditación en la Rotunda, que cambian profundamente a un hombre duro en un hombre, tal vez más duro todavía, pero con unas ganas terribles de vengarse, de matar, de mandar a Gómez 13 años o más a la Rotunda.
CR: ¿Tú crees que la motivación esencial era el desquite?
VI: Era el desquite.
SI: Tú has oído hablar a tu papá de Delgado. ¿Él era un hombre con deseos de mejorar un país o simplemente es lo que tú dices, la venganza?
VI: Yo creo que uno no puede organizar una revolución sin decir que es para mejorar el país. Lo interesante es saber el grado de sinceridad profunda de los que se meten a una revolución, porque todos hablan el mismo idioma, en todas las revoluciones, todos hablan de salvar al país, por lo tanto ahí hay que indagar si es sincero o no.
SI: Tú estudiaste e investigaste al personaje, ¿cómo te parece a ti? ¿Había algo más que la venganza? ¿Hay escritos de él que demuestren que había estudiado los problemas de Venezuela, que había pensado en Venezuela?
VI: No mucho, no mucho. Y es quien (palabra ilegible) la novela.
CR: El Dr. Santos Dominici, en la realidad.
VI: A no embarcarse en la revolución. Yo creo que las divergencias en París fueron ya muy profundas, ideológicas y tal vez, yo no tuve ocasión de hablar con el Dr. Dominici de eso, pero creo que él no se embarcó porque descubrió la falta de verdad, de grandes ideales.
SI: ¿Quién es el Dr. Cueche?
VI: Yo no sé. (Risas). Hay que poner personajes de la imaginación.
CR: Yo voy a hacer una aclaratoria porque el nombre de Delgado Chalbaud ha sonado mucho en la historia contemporánea de Venezuela. El Gral. Delgado Chalbaud de quien estamos hablando, es Román Delgado Chalbaud, padre de Carlos Delgado Chalbaud, quien fue Presidente de Venezuela entre 1948 y 1950. No se les debe confundir. Román Delgado Chalbaud murió en 1929 en la Calle Larga de Cumaná. Carlos Delgado murió asesinado en Caracas en 1950, hecho distinto que no vamos hoy a comentar. El Dr. Cueche, obviamente para mí, es el famoso Aranguren, implicado también, por cierto, en la muerte de Carlos Delgado Chalbaud, irónicamente. La expedición del "Falke" coincidió con la llamada Generación del 28 y venían en el "Falke" algunos de los estudiantes que habían hecho las acciones del 28. Cuéntanos un poco de ese aspecto del asunto.
VI: Justamente esos eran de la generación del 28, mucho más jóvenes y esos sí creo que venían animados con los ideales por el país.
CR: Por ejemplo a bordo estaba Rafael Vegas.
VI: Sí. Y a abordo hay dos choques ideológicos entre José Rafael Pocaterra y Vegas.
CR: ¿Cómo se llama Pocaterra en el libro?
VI: ¿Pocaterra?, bueno yo le dejo al lector la (palabra faltante) porque si no le voy a quitar todo el sabor de la novela.
CR: En todo caso, José Rafael Pocaterra era el segundo en el mando de la expedición y se quedó a bordo del barco, por orden de Delgado Chalbaud.
VI: Exactamente, cosa que causa una gran controversia después de los hechos. Sí, porque lo acusaron de haber tirado el parque al agua. Sobre eso se ha escrito y se han peleado a muerte amigos íntimos. Primero, no quise escribir sobre eso en el libro para no meterme, pero yo creo que son muy pocos los que enfrentaron a una tripulación de alemanes furiosos porque veían que todo había fracasado y que iban a ser juzgados y que el país ese de El Dorado que les ofrecieron, donde les iban a dar un saco de oro a cada uno, se les iba. Hay verdaderamente que tener mucha fuerza física y moral para oponerse a que tiren el parque al agua.
SI: Vicente, como técnica de escritor, es decir, tú consideras que ésta es una obra histórica y, sin duda, lo es ¿por qué definitivamente no mencionas a todos los personajes por sus nombres?, porque el lector está ávido. En Venezuela hay una avidez de leer enorme, entonces al tú ponerle ficción, es decir, al ser a veces personajes encubiertos, los jóvenes, porque tú ya en Venezuela eres un hombre maduro, acuérdate que Venezuela es un país de menores de 15 años, con una historia muy mal escrita en los textos, ¿por qué no les diste sus verdaderos nombres?
VI: Porque esa técnica me da mucha más libertad para hacerles actuar como yo creo que actuaron, como seres humanos y no como personajes históricos. Yo les guardé el nombre a los personajes de la tragedia, la trilogía del Gral. Gómez, a Fernández y a Delgado Chalbaud y a Aristeguieta, que se perdió el pobre, se le perdió el camino de la goleta a última hora, pero a los demás, no sé, yo creo que puedo tratar mejor el personaje sabiendo que no se va a indignar un descendiente y que salga a decir: "Mi papá nunca estuvo en el bar "Basques" de Biarritz porque en esa época estábamos en Deauville, así que eres un imbécil". Para evitarme cosas de esas.
SI: Una cosa, ¿tú crees que un escritor debe protegerse? ¿Cuál es la función del escritor? Si fuera para tu gusto personal y no para comunicación, no escribirías el libro y no lo publicarías, y lo archivarías en tu gaveta y te releerías en las mañanas en París, pero lo publicas para que la gente lo lea.
VI: Sí.
SI: ¿Tú crees, entonces, que tienes derecho a salvaguardar que un nieto de un señor o un biznieto te diga que estás equivocado? Y te lo pregunto también a ti, Carlos, que eres un hombre contemporáneo, creo, de Vicente y además que has leído historia, pero en este país donde hay tan poca historia y tan pocos lectores de historia, aparece un libro que tiene la ventaja de que está bien escrito, que tiene la ventaja de que es corto.
CR: Se lee con gusto.
SI: ¿No crees tú que hubiera sido mejor nombrar a la gente por sus nombres?
VI: No creo porque debe ser algo de mis motivaciones personales yo no hubiera podido decir con nombre y apellidos, un señor que murió en la gesta, que se rascaba todos los días en la Coupole. Yo no hubiera podido ponerlo así.
CR: Yo entiendo eso porque si Vicente pone a conversar...
SI: Yo no estoy de acuerdo con ustedes.
CR: Yo comparto el punto de vista de Vicente. Si él pone a conversar en una terraza de un café de París al Dr. Santos Dominici, a Román Delgado, a Aranguren y a otra persona, ¿cómo va él a inventar la conversación si les está dando a todos nombres propios? Él tiene que decir en ese caso que presume que allí hablaron de tal o cual cosa, pero no podría poner el diálogo novelado.
VI: Y no es mi género porque me diría yo: "Esta gente a lo mejor no dijo o no hizo eso", pero si les cambio el nombre, puedo tener la libertad de hacerlos actuar absolutamente como yo quiero y creo que actuaron en la realidad.
SI: ¿Cómo se financió?, la expedición, no el libro.
VI: Claro, hay que explicarlo, porque en Venezuela cuando uno publicaba un libro le dicen: "¿Cuánto te costó?"
SI: En efecto, tú estás señalando un problema extraordinario. En Venezuela todavía, un buen escritor a veces tiene que pagarse su edición. Y hace unos años se sentía muy contento si se vendían unos cuantos libros. La situación ha cambiado, pero no tanto, de modo que lo que señalaste es un grave problema cultural.
CR: La expedición terminó en tragedia con la muerte de Román Delgado Chalbaud y con la de Emilio Fernández, general gomecista, quien era Presidente del estado Sucre. Sofía ha hecho una muy interesante pregunta. Esta expedición costó mucho dinero porque contratar un barco con toda su tripulación cuesta mucho y se compró un gran armamento, un gran parque, como dicen los militares. Millares de fusibles, dos millones de tiros, ametralladoras, etc. ¿De dónde salió el dinero para financiar todo esto?
VI: Eso lo financió mucha gente que después, capitalistas venezolanos de la época que después tuvieron buen cuidado de no identificarse. Segundo, los fabricantes de armas también a crédito, en alguna forma, si creen que la expedición tendrá éxito hay que convencerlos, y creo que hubo varias armas, porque tengo documentos, que nunca se pagaron, se cobraron mucho después. Tercero, Román Delgado Chalbaud metió toda la fortuna de su vida en esa expedición, toda su fortuna que era grande. Papá, que había heredado de su padre un poco antes, metió toda la herencia de su padre en vísperas de la crisis y perdió todo lo que metió, y supongo que muchos de ellos, también los que tenían algo, lo metieron. La vida estaba menos cara en esa época y los rifles eran más baratos.
CR: Una cosa que Vicente señala, es que había promesas que quienes conciben expediciones de este tipo prometen a los tripulantes alemanes y al capitán, en particular, a él parece que Delgado le había prometido ser el Jefe de la Marina Mercante Venezolana.
VI: Sí.
CR: ¿Quién era Emilio Fernández que es el otro personaje que aparece en la portada del libro, junto a don Gómez y Delgado?
VI: Emilio Fernández era uno de los generales andinos, compañero de Gómez desde la primera hora y compañero de armas de Román Delgado Chalbaud. Pero más militar que Román Delgado, más de carrera, es decir, toda su vida fue un hombre muy macho, peleó mucho, lo habían herido mucho. Gómez yo no sé si lo admiraba porque nunca se sabrá con Gómez cuáles eran sus relaciones con sus allegados, el hecho es que lo mandó a Cumaná cuando supo que venía Delgado.
SI: El Betancourt que está en tu libro.
VI: Es Rómulo Betancourt que estaba citado, pero que a última hora no sé exactamente qué pasó con todo el grupo de los de Centroamérica que no llegaron a la cita.
SI: ¿Qué relación hay entre la gente del "Falke" y la generación del 28?
VI: Hubo varios representantes de la generación del 28 que estuvieron mezclados en esa aventura, entre ellos Miguel Otero Silva. Miguel no iba en el barco sino que estaba esperando, entre los que (palabras faltantes). Porque debía venir una segunda expedición muy grande, hasta con aviones. Papá justamente habló mucho de esos aviones, aunque Gómez no creía en los aviones.
SI: ¿Qué significado tenía para ti cuando estabas investigando la generación del 28, es para ti algo remoto o sigue siendo algo próximo para ti?
VI: Yo creo que ningún venezolano contemporáneo debe considerar la generación del 28 como algo muy remoto, no puede hacerlo porque todavía está en pie. Yo nací en el 28. Esa generación del 28 significa para mí la gente que influenció todas las distintas épocas en que he vivido hasta hoy.
SI: Tú que naciste en el 28, ¿qué significa tu generación para ti?
VI: Yo tengo la impresión y eso lo he discutido con muchos amigos, que a mi generación la frustró la generación del 28.
SI: Pero tú eres un hombre muy culto y sabes que las cosas no suceden, uno no permite que las cosas sucedan, uno hace que las cosas sucedan, uno no puede ser pasivo sino activo. Entonces, creo que tienes razón, ustedes no son una generación que ha destacado, sin embargo, en este mismo programa, desde hace como un año, estamos viendo constantemente gente de 32, 34 años que están mandando en el país, que son directores de ministerios, que estaban en la Conferencia del Mar, etc. ¿Qué le sucedió a la generación de ustedes?
VI: Bueno yo no sé, era en realidad la generación del petróleo, de la guerra, una generación comodona.
CR: La nuestra
VI: La nuestra, comodona, Carlos y yo estábamos en el colegio juntos.
CR: No puedo excluirme yo. Ahora, yo encuentro, y es porque me implicas en el asunto, que ninguna generación posterior a la Generación del 28, se ha frustrado. Ha habido, en cada generación posterior, gente que se ha realizado y gente que se ha frustrado y los que se frustran culpan a los hombres del 28 que son una generación brillantísima que está presente en todas las facetas de la vida nacional desde entonces. En la política, desde luego, pero también hay figuras literarias, en la música, etc. En cada aspecto del quehacer humano esa generación le ha dado dirigentes a Venezuela. Posteriormente, las otras generaciones, cada una ha contribuido y ha tenido hombres de éxito y hombres frustrados. Y los frustrados dicen: "La culpa la tiene la Generación del 28".
VI: Es que como la Generación del 28 significó tanto y todavía sigue significando tanto, le es más difícil a las otras, sobre todo que, como les decía, mi generación se dedicó al culto del Dios mamón, el Dios del dinero, y muchos de ellos se enriquecieron demasiado jóvenes, a los 25, 28 30 años tú los veías ya.
CR: Esto es lo que yo quería decir, que no se frustraron.
VI: Pero que yo considero es que mi generación, la del 28, les restó la inquietud, que la nuestra es una generación de transición.
CR: Vamos a dejar el cuento trunco y hay que hablar de la novela. Delgado Chalbaud y Emilio Fernández murieron ambos ese día. Hay que decir rápidamente que Carlos Delgado Chalbaud, el hijo de Román, venía en el "Falke", su padre no lo dejó desembarcar porque era muy joven, pero desembarcaron unos 20 y hubo entonces la batalla de la Calle Larga donde mueren, como en una película del oeste, Delgado Chalbaud y Emilio Fernández. Relata un poco eso.
VI: La muerte de Delgado me la contó el capitán Mendoza, que prácticamente Delgado murió en sus brazos. Cuando yo digo que en el libro invento, porque eso no está demostrado históricamente, que Fernández montó unos tiradores en las (palabra ilegible) del río. Se confirma con lo que me dijo Mendoza que a Delgado le pegaron un tiro desde arriba y allí no había edificios de 20 pisos. A Delgado le pegaron primero un tiro en una pierna, después en el pecho y les estuvieron tirando a él y a Mendoza desde el otro lado del río hasta que Delgado murió.
CR: Ahora vamos a ver si Vicente Ibarra nos dice cómo murió Emilio Fernández y qué opina del tercer personaje, de Juan Vicente Gómez.
VI: Fernández murió de un tiro también, pero me gusta más la última parte de la pregunta porque allí hay una tragedia. Yo soy escritor de tragedias griegas y creo que esa parte en el libro no supe, quien sabe, expresarla muy bien, pero Gómez planeó alrededor de las dos muertes. Gómez como que las sabía, Gómez había soñado que sus dos compadres iban a morir en ese encuentro.
CR: Que se mataran el uno al otro.
VI: Sí, que se mataran el uno al otro, bueno, por balas interpuestas, pues, pero parece que él sabía la muerte de los dos.
SI: ¿Antes de recibir la noticia?
VI: Sí, sí, aún antes de recibir la noticia.
SI: ¿Por qué? ¿En qué te basas tú para decir eso? ¿A la vez en sueños tuyos?
VI: No, no, no. En anécdotas del personaje, de Gómez, que él estaba seguro y sabía lo que iba a pasar y que cuando mandó a Fernández a Cumaná, yo creo que ya él sabía que era un muerto seguro. Una brujería.
SI: ¿Tú crees en eso?
VI: Bueno, yo... Gómez sí creía. Yo no creo en brujerías pero él sí y le salían, le salían. A mí no me salen porque no creo en ellas.
SI: Lo malo es que a Gómez y a los otros también.
SI: Quizás la pregunta es indiscreta pero es periodística. Tú me hablaste ahorita de un primo tuyo que te dejó los papeles de este libro, a la vez ha habido una cantidad de cosas muy trágicas en tu familia. ¿Tú no lo captas, no presientes?
VI: No, no, no, nunca he presentido. Los días en que me han pasado a mí o a mis familiares las cosas más desagradables, he estado de muy buen humor, nunca he presentido. Ahora, podría hacer como hacemos todos y decir: "Hace una semana pensé...", pero, ¿cuántas veces uno piensa que va a pasar algo y no le pasa? Entonces uno siempre encuentra una manera de encontrar una premonición.
SI: Yo te voy a hacer un pronóstico, tú vas a ser Embajador.
VI: Esos son pronósticos agradables.