Entrevistadores: Sofía Ímber
Entrevistado: Aura Celina Casanova, presidenta del Banco Industrial de Venezuela (BIV)
Programa: Sólo con Sofía
Canal: Venevisión
Fecha: 27-09-1977


SI: Hoy vamos a entrevistar a una persona a quien siempre hemos visto en roles muy severos. Me refiero a Aura Celina Casanova, Presidente del Banco Industrial de Venezuela y que ha sido la primer mujer Ministro que tuvo Venezuela, Ministro de Fomento en el 69, fue profesor universitario...
ACC: Lo fui muy poco tiempo.
SI: Y ustedes se asombran al verla cómo maneja términos muy poco comunes en boca de mujeres y ustedes vieron que en la entrevista que le hicimos sobre el BIV yo pude hacer muy pocas preguntas porque no es el ramo mío y salvo periodistas muy especializados, es difícil entrar en eso. ¿Quién es esta mujer siempre de pelito corto, de aspecto tímido, de voz calmada y que tiene tanto poder? Estamos hablando entre tú y yo.
ACC: Yo he sido una mujer, que creo que si he podido lograr algo, se debió a un hecho desventurado de mi vida. Perdí a mis padres en la adolescencia y eso que puede ser una desventura, y que lo es, puede también significar una especie de espoleamiento en los poderes personales que de otra manera no podría salir, porque se pierde la protección que los padres suponen. Cuando murió mi padre, yo tenía 18 años y llevaba dos sosteniendo la casa porque él estaba muy enfermo. Mi carrera no podía ser universitaria porque no podía hacer una carrera larga y tuve que graduarme de maestra, que en mi tierra, en la provincia...
SI: ¿De dónde eres tú?
ACC: Del Táchira. Había una Normal para niñas, adolescentes, y esa fue la carrera que pude escoger porque no había otra. Tres años de educación secundaria. De modo que sólo cuando pude ya salir de esos deberes filiales, pude aprovechar una beca en Colombia para estudiar profesorado y así llegué a la Educación Superior, yo ya había vivido bastante y había trabajado.
SI: ¿Tu madre muere después que tu padre?
ACC: No, ella murió primero.
SI: De modo que tuviste que desempeñar el rol de sostenedora del hogar hasta que murió tu padre y seguir luego después. ¿Te gustaba ser maestra o era la única posibilidad que tenías para subsistir y paras ayudar a los tuyos?
ACC: No me gustó, para ser sincera. Cuando me inicié me sentía muy incapaz de comprender a los niños y de tenerles paciencia, pero fui aprendiendo y como todo oficio, se aprende, yo llegué a dominarlos. Y especialmente sentí más gusto más adelante, porque encaminada ya por esa vía no podía encontrar ya la educación universitaria, sino el profesorado, pero a nivel medio y creo que tuve más acierto cuando fui profesora de secundaria, me gustó más.
SI: Tú como niña, ¿eras una niña tímida, introvertida, una niña en cierto modo solitaria? Aura Celina para mí tiene una gran virtud, y lo digo con la gran admiración que tengo por ella hace mucho tiempo. Yo a veces la he visto en las playas, en playas muy concurridas donde la gente materialmente están unos sobre otros como pescados, y ella ha encontrado una cosa que el venezolano busca y que difícilmente encuentra, que es la soledad y el tiempo para estar con un libro. La he visto mucho caminando sola. ¿Eras una niña solitaria?
ACC: Era y lo sigo siendo, ya no soy una niña, pero solitaria y tímida lo sigo siendo. Yo diría también que eso mismo le hace a uno ser un poco difícil, o sea, yo no conquisto a los seres sino que me dejo conquistar por ellos, y naturalmente, eso es una deficiencia en mí, en mi manera de ser.
SI: ¿Tú tenías hermanos?
ACC: Sí.
SI: Tú con tus hermanos, cuando eras niña, frente a tu padre, a tu madre, ¿eras una persona que se ponía al margen de los otros?
ACC: Fui una niña normal hasta los 12 años, yo diría, aproximadamente. Fue durante mi adolescencia cuando se me manifestó la timidez y un poco el aislamiento.
SI: ¿Tú crees que algún hecho especial es el que ocasiona esa forma tan característica de tu modo de ser?
ACC: Sí, yo creo que las carencias del hogar y los problemas de salud. Varias personas de mi familia, y no quiero entrar en detalles, sufrieron dolencias muy duras, muy difíciles de curar, prácticamente incurables y eso, unido a las carencias materiales, determinaron que no pudiera tener acceso a lo que quieren los niños normalmente, juguetes caros, viajes. Sofía, quizás estamos entrando en terrenos muy privados, pero las carencias es la palabra general que define esto.
SI: Los programas de TV son válidos en la medida en que son capaces de trasmitir una verdad y yo desde que te conozco he deseado hacerlo. Mi medio es una lente, una cámara, mi medio es una pluma, y yo quiero en cierta manera también, hacer conocer por la gente, cómo eres realmente. Yo tengo una gran admiración por el ser que en cierta manera es un marginado dentro de una sociedad muy bulliciosa. Yo por eso te he hablado muchas veces, me acercaba donde estabas tú, pero a mis preguntas, tus respuestas han sido muy hermosas y profundamente respuestas, sin ninguna negativa de tu parte a una cosa que es difícil. Podemos seguir hablando y entenderte mejor, conocerte mejor todos y especialmente las personas que trabajan contigo, tus amigos. ¿Cuándo entras a la universidad?
ACC: Bueno, no fui a la universidad sino después de mucho tiempo porque no podía ingresar porque no era bachiller. Entonces ejercía el profesorado y tuve que hacer el estudio del bachillerato y por equivalencia con algunas asignaturas de mis estudios superiores para Educación, tuvo ciertas relativas facilidades. Pero tuve que hacer el bachillerato trabajando y algunas de esas asignaturas son un tanto difíciles, por ejemplo, aprender latín, claro, no aprenderlo, pero saber lo suficiente como para rendir un examen en el bachillerato, porque entonces se tenía que rendir latín o francés o botánica, materias que nada tenían que ver con lo que yo estaba enseñando, ni tampoco con lo que aspiraba a aprender.
SI: Oyéndote hablar y si el programa se parara ya, uno no podría recordar que en 1968 eres Ministro, cosa que no era tan fácil, mientras que hoy día ya no lo es tanto ser ministro una mujer. Pero cuando todavía se hace referencia a la Ministro, la primera referencia es Aura Celina Casanova. ¿Cómo llegaste a eso con esa timidez, con ese trauma? ¿A codazos, a voluntad, cómo? ¿Cómo llegaste de esa persona tímida y solitarias a ser Ministro y una persona pública?
ACC: Bueno Sofía, quizás estoy diciendo todo lo negativo de mi vida pero no estoy diciendo los aspectos positivos, que también los hay y a montones. Por ejemplo, te quiero decir que en mi adolescencia me dediqué a leer mucho y especialmente libros, algunos de ellos baratos, pero de cierta profundidad, que revelaban un poco esta actitud filosófica oriental que hoy es un poco característica de la psiquiatría moderna y de los psicología moderna, del poder liberarse de las propias amarguras, de las propias penas, no por controles exactamente, sino un tanto como por una especie de disminución de su apreciación, o sea, aprender a no sufrir y no a ocultar el sufrimiento, es la filosofía oriental.
SI: ¿La practicas?
ACC: Bueno, cada vez que puedo, y creo que no sólo la lectura sino el contacto con la naturaleza, el variar de una ocupación a otra, etc., son las oportunidades en que uno puede abandonar los problemas y las penas. Porque hay una actitud en cada ser humano un tanto afectiva y de continuación en sus problemas, cada quien está enfrascado en una cosa que es difícil y quiere, o resolverla o seguir pensando en ella, pensando alrededor de ella, y eso justamente es lo que agota y desgasta, y quizás frustra.
SI: ¿Eso lo aplicaste cuando tenías uno de los Ministerios más difíciles como es el de Fomento, que es de los más duros?
ACC: Te estoy hablando nada más que de una actitud interior.
SI: Pero es una actitud que se tiene en todas partes, incluso, en la vida profesional y sobre todo en la gente como Aura Celina le debe absorber. No sé, pero en la gente que trabajamos con amor en lo que nos gusta, eso va hipertrofiándose, el oficio se va hipertrofiando.
ACC: Sí, bueno, lo que te quiero decir es que esa vía de reflexión y de búsqueda de intereses compensatorios a las carencias materiales, hace que entonces tu tengas unos intereses que sorprenden a los amigos y a la gente, que te permiten entonces socializarte no por la vía del cóctel o de la fiesta, sino por la vía de la conversación con personas en pequeños grupos. Entonces, por esta vía en provincia fui conociendo jóvenes, nos integramos en una asociación que después formó parte de la Asociación de la Juventud Venezolana, por ser el momento del nacimiento de AD casi parecía una necesidad que estuviéramos vinculados a un partido político.
SI: ¿Desde ese momento estás vinculada a AD?
ACC: Exactamente. El partido político que entonces representaba, primero, por su composición, la expresión mayoritaria del país pobre, del país de clase media baja o del país de clase baja, y que entonces hubiera una especie de deseo de redención, de inspiración, de deseo de redención en la propia miseria, de la miseria de los demás. Entonces quiero decir que por ahí entré en AD.
SI: ¿Fuiste lideresa?
ACC: Un poco. Los jóvenes en San Cristóbal hacíamos actos los sábados en la tarde de vez en cuando o en la noche, en un salón que allí tenía para entonces mucha importancia, se llamaba Salón de Lectura y después le pusieron el nombre un tanto pomposo de Ateneo, y como la gente no tenía mucho entretenimiento entonces, en vez de irse al cine malo o quedarse en su casa, se iban al Salón de Lectura a oír estos actos de esta juventud que se preparaba.
SI: ¿Desde joven fuiste una luchadora por los derechos de la mujer?
ACC: No, no entonces, yo entonces no tenía la conciencia de la discriminación con la mujer, en aquel tiempo era más bien un deseo de hacer un país mejor.
SI: ¿Hoy sí tienes muchos deseos?
ACC: Ahora sí, pero encuentro que las vías que se están usando para reivindicar a la mujer son un tanto formales y exhibicionistas, e inciden más en el aspecto institucional del trabajo y no en el aspecto real y verdadero de la discriminación de la mujer, que es la vida de la familia, la vida del hogar.
SI: ¿Tú sentías que cuando te nombraron Ministro de Fomento, era que junto contigo le estaban dando un espaldarazo a todas las mujeres o era sólo a Aura Celina Casanova o a "X", por ser capaz dentro de ese ramo?
ACC: Bueno, en ese momento sí creo que se quiso encontrar una representación de todas las mujeres que trabajan y luchan. Pero a eso se debió que mis primeros mensajes indicaran que no es solamente la mujer que trabaja en la calle y la mujer que tiene alguna representación institucional, las que tienen importancia, sino la mujer que padece dentro de su hogar. La responsabilidad mayor de la crianza, de la educación y en muchos casos hasta del sostenimiento de los hijos, recaen en esa mujer.
SI: ¿Eso se sentía más en los Andes por ser el andino más machista que los de otras regiones de Venezuela?
ACC: En los Andes es donde menos instrumentos de lucha tiene la mujer por una atávica situación de pasividad, de reconocimiento hasta íntimo de que es el varón el que tiene siempre la razón. Allá no ha habido conciencia de la verdadera posición de la mujer en la sociedad.
SI: ¿Te fue difícil en tu casa conquistar tu puesto?
ACC: Bueno, mi hermano y yo, y si me está viendo lo reconocerá, nos queremos mucho pero tenemos criterios muy disímiles en cuanto a la concepción del papel de la mujer. De modo que en muchos campos nos hemos identificado, pero en ese no. En ese no, porque el hombre de todas las capas sociales todavía sigue creyendo que hay una división del trabajo inalterable y que la mujer nació para atender y ayudar y servir, aun cuando no tengan la noción de que eso es servicio, pero sí es servicio. Quiero decir, en la familia nuestra y particularmente en el hombre y quizás cultivado por la madre, está el que la mujer es la única que puede barrer si hay basura, es la única que puede recoger los restos de la mesa, aun cuando esté enferma o débil. Son detalles que, diría yo, hace ver las cosas como si el varón fuera el privilegiado, el rey de la casa, a quien hay que atender, y parece mentira, esto que da cierto agrado y cierta expresión de sociabilidad interna y personal, y que en muchos casos hasta con poesía puede hacerse, sin embargo, es el generador de grandes injusticias, porque de ahí se traslada a otros campos de disminución de la condición de la mujer y de la opresión para ella.
SI: ¿Tú crees que en el BIV el hecho de ser mujer te ayuda o te es adverso?
ACC: Para serte sincera, tras meditarlo algunos segundos, yo creo que me sigue siendo un poco adverso. Es por excepcional, una posición que es la que tengo, en la cual tengo que demostrar que a pesar de ser mujer, la puedo desempeñar cabalmente.