Entrevistadores: Sofía Ímber
Entrevistado: Margot Boulton de Bottome, escritora, presidenta del Comité de Tractores para la Libertad
Programa: Sólo con Sofía
Canal: Radio Caracas Televisión
Fecha: 03-12-1976

SI: Dentro del marco de los 150 años de la Casa Boulton, nada más lógico que entrevistar a Margot Boulton –cualquier ocasión es buena-. Si uno se pone a buscar cuál sería la ocasión mala de invitar Margot, no la encontraría, además, en el caso mío hay una cosa especial con Margot, porque ella me concedió la primera entrevista que yo hice como reportera de Últimas Noticias, yo no tengo el recorte, pero Margot –mujer metódica- tiene todavía esa entrevista.
MB: Yo sí la tengo y no sé si está entre la cantidad de cosas que tenemos aquí.
SI: Yo le pedí a Margot que me trajera una cantidad de cosas, y me siento culpable, porque el tiempo en TV se va volando.
MB: Aquí está la entrevista y vale la pena porque esto es, digamos, el recorte original de la primera entrevista que hizo la periodista extraordinaria que es Sofía.
SI: No, no.
MB: Entonces recuerdo que yo estaba en el Centro Venezolano Americano, que había fundado, donde yo trabajaba, y ella se presentó y me hizo algunas preguntas que me intrigaron, me llamaron la atención, que una muchacha tan joven me hiciera esas preguntas. Yo se las contesté con la mayor satisfacción, y cuando ella me preguntó: "¿Usted cree que le alcanzará el tiempo para hacer todo lo que usted quiere?"; entonces yo te contesté: "En 24 horas una mujer puede ser madre, esposa", y tú le diste ese título, y sigo pensando lo mismo.
SI: Yo te he entrevistado un montón de veces, y a mí me llamó mucho la atención y en una entrevista que le hicimos a los hermanos Boulton, Margot decía que en su casa no era norma ser políticos, pero que ella, Margot, nació política, y también recuerdo que ella en una entrevista me dijo que para salir de esas normas tan rígidas, ella se metió a la Cruz Roja. ¿Cómo fue eso?
MB: La gran crisis de la adolescencia y la crisis ya de lo que yo podría calificar de la extinción de lo que yo quería en la vida, fue alrededor de los 15 años, entonces me venía prisa. Naturalmente yo había recibido educación privada, en francés, en inglés, nunca había ido a un colegio, y yo por consiguiente, quería salir a ver lo que era el mundo, a conocer a los demás, a saber cómo era, a conversar con ellos. Yo estaba rodeada de familiares y de amigos y de lo que era la Caracas de aquel entonces, que era una Caracas muy pueblerina, una Caracas en la cual en una cuadra, por ejemplo, en la cuadra donde nací yo, de Principal a Conde N° 14 vivían mi abuela y dos de mis tías, entonces las visitas eran diarias a la casa de mis tías, o a la de mi abuela, y crecía uno en verdad en el ambiente familiar casi exclusivamente. Teníamos amigas, todas de la cuadra o emparentadas, o amigas de alguna parienta nuestra, o sea que me levanté hasta los 15 años rodeada de personas que pensaban más o menos como mis padres, como en fin, todos los que me rodeaban, pero yo no me sentía satisfecha en aquel ambiente. Yo decía: Hay algo que falta. Yo quiero salir, yo quiero darme cuenta de las cosas, entonces invoqué todo lo que puede invocar, que si ir a Estados Unidos, ¡me dijeron que no, que las niñas no podían ir a USA, que eso era un desastre, que se perdían allá! Pedí que me enviaran a Francia, ¡eso queda muy lejos, me dijeron, es un viaje de 15 días en vapor!, entonces, de repente, pensé en la Cruz Roja. Dos mujeres a quienes yo admiro muchísimo, son Teresa María Machado y Leonor Romero, ellas habían fundado junto con otras, un dispensario de la Cruz Roja, y ese dispensario –no tengo para qué decirte- quedaba en la esquina de Cuartel Viejo y carecía de todo lo más elemental de que puede carecer un dispensario, pero, estaba la gran voluntad de aquellas mujeres y de sus colaboradores de atender a los que llegaran. Yo recuerdo haber llevado yodo, porque iba a necesitarlo, y a veces adhesivos, y a veces gasa, sin tener conocimiento de enfermería, porque hacíamos una enfermería verdaderamente práctica, de lo más elemental que puede haber. Pero eso para mí fue una lección maravillosa, recuerdo la primera vez que Teresa María me dijo: "Hoy tienes una cura bastante delicada, ten cuidado, ¿tú no tienes guantes de caucho?" No, le dije, "yo no tengo nada", "porque se trata de una úlcera venérea", me dijo, entonces le dije que yo haría lo posible por hacerlo bien, ésa fue la primera cura de una úlcera venérea, que se la hice a un anciano, y creo que la hice bien porque a los tres o cuatro días volvió y dijo: "Yo quisiera que fuera la misma señorita la que me haga la cura", entonces fue mi primer paciente.
SI: Y de allí, tuviste otro acto rebelde que salió en un reportaje, que tú te sentiste identificada aunque no por la edad, sino por lo que se sentía en el ambiente, con la generación del 28.
MB: Muy cercana por la edad, pero eso no lo voy a confesar, pero muy cercana por edad. Naturalmente yo estaba al corriente de todo lo que estaba pasando, que nos llegaba tamizado, como llegaba todo a una casa que no era gomecista, era una casa apolítica, que era mi casa. Allí no había nadie en política, no había ministros, digamos, en el gobierno de Gómez, o sea que nosotros en política, ¡nada!. Nosotros nunca fuimos a Maracay, yo no conocía Maracay. Nosotros estábamos totalmente ajenos al ambiente político del momento, pero sí supimos lo de los estudiantes, y entonces me dije: "En alguna forma tengo yo que manifestar mi respaldo", y yo tenía una boina vasca y entonces recuerdo que en el paseo diario que salíamos a hacer me puse mi boina, y dije: "Esto me lo pongo yo, me preguntarán o no preguntarán, pero yo lo hago como satisfacción propia", una amiga de mi madre la llamó y le dijo: "Tu hija Margot está manifestando con los revolucionarios". Llego a la casa y no tengo para qué decirte que mamá estaba sumamente alarmada y me dijo: "Margarita, –que mis padres siempre me llamaban así- tengo entendido que saliste con una boina", sí mamá, salí con una boina. "Bueno, ya tu sabes que aquí en nuestra casa, los Boulton no se meten en política", entonces le dije: "Mamá, ¿cómo es posible que tú, hija de Juan Pietri, el doctor y Gral. Juan Pietri, que murió de resultado de las cárceles de Castro, me digas a mí que con un movimiento estudiantil como el que estamos presenciando, yo no tenga derecho a poner una boina como gesto de solidaridad aunque sea simbólico?" Se emocionó y se tranquilizó, y de allí en adelante ya no encontré, por parte de mi madre, oposición digamos activa. Eso sí, silencio, porque puedo decirte que el silencio rodeó todos los actos de mi vida política hasta el presente, yo estuve en el Concejo Municipal cinco años y ningún miembro de mi familia fue nunca a asistir a una sesión del Concejo, no les interesaba, no querían verme allí.
SI: De 1940 al 51, veo que eres la primera mujer que desempeña un cargo...
MB: Sí, no era un Concejo electo porque había una junta de gobierno, yo era independiente totalmente, había sido electa por Copei pero era independiente, y consideré que yo podía continuar mi labor en el Concejo Municipal y continué y entonces me nombraron Vicepresidente.
SI: Si seguimos tu currículo, es impresionante, porque sigues publicando artículos, escribes prosa, cuentos que ganan premios, luego fundas el Venezolano-Americano, y se ve que hay una constante que es tu interés por las mujeres, fundas el Premio anual de Amigas de Venezuela, fundas el Comité Cívico Femenino, fundas y presides el Comité de Tractores para la Libertad, que recaba fondos para obtener la liberación de presos de guerra en...
MB: Por cierto que la Sra. Roosevelt, me envió varias cartas, nosotras tuvimos un intercambio de cartas muy interesantes que yo conservo, tenía gran admiración por la Sra. Roosevelt. Yo recuerdo que la última carta a ella le debió parecer realmente interesante, yo le decía: "Pero, ¿no es posible que las mujeres logremos buscar una vía de entendimiento con Cuba?", entonces ella en la carta contestando a la mía me dijo: "Yo estoy de acuerdo, comparto su angustia ante la situación de Cuba y USA, pero desgraciadamente eso está en manos de los gobierno y es poco lo que las mujeres podemos hacer", fuera de expresar nuestra opinión y de hacer estas campaña que, en verdad, no movieron la opinión pública.
SI: ¿Qué sientes tú que has hecho realmente, qué se ha hecho por esas mujeres por quienes tanto has trabajado y sigues trabajando, y que tú crees en ese movimiento?
MB: Yo pertenezco a la generación que yo he denominado de transición, o sea, la generación que salió de sus hogares, de sus patios españoles, de la protección que significaba e implicaba estar en un patio colonial de una casa de Caracas y se asomó a la calle, digamos, para ver qué estaba pasando, lo que decía la gente, cómo hablaba, cómo pensaban, entonces creo que el contacto con esta gente fue sumamente beneficioso para mí, porque me di cuenta de que muchas mujeres, muchas más de las que yo había creído, compartían también ese deseo de que la mujer pudiera mejorar su situación en el país, su situación en todo orden, porque sobre todo, no tenía estatus de ciudadana. No te olvides que hasta la presidencia de Medina, por quien yo tenía el mayor aprecio -además, Arturo Úslar Pietri, su Secretario, es mi primo-hermano- antes de ser derrotado, la Constitución que él había aprobado no contemplaba para la mujer sino el voto a nivel municipal, porque en el fondo ellos temían que el voto femenino fuese utilizado por el clero, eso me lo dijeron a mí, ¡nunca lo creí! Cuando sobrevino el golpe y AD decretó que iba a haber unas elecciones y que las mujeres iban a tener derecho a votar, aún cuando yo no tenía relaciones directas con la gente de AD, me nombraron Presidente de la Junta Electoral Distrital, nada menos que de la capital, de Caracas, y yo independientemente, y yo allegada a Úslar Pietri, yo digamos provisionalmente, pero por mi familia, amigos de Medina pero amigos únicamente porque no estamos en el gobierno de Medina, yo acepté, y entonces la duda que expresaba muchísima gente era ésta: "¡Las mujeres venezolanas, qué ganas van a tener de votar las mujeres venezolanas!", a lo que yo les contestaba: "Están equivocadísimos, y les probarán y les probarán el día de la votación que ellas estaban anhelando desde hace muchísimos años, tener uso de derecho ciudadano".
SI: Desde hace mucho tiempo, y se sigue diciendo, que en Venezuela no hay recursos humanos. ¿Crees tú con sinceridad, y no entrando en esas respuestas complejas, que los gobiernos venezolanos han podido darse el lujo de prescindir de tu vocación de servicio público?
MB: Yo he nacido en una familia que ha estado desligada de la política.
SI: Pero es otra cosa, eso es por voluntad propia.
MB: Entonces yo he considerado que estaba en la obligación de servir en la medida que yo pudiera, ahora de mí no dependía el que gobierno alguno me diera una oportunidad de servir en un campo más amplio.
SI: Si te hubieran dado y ofrecido, ¿cuál sería el campo que hubieras escogido? ¿Qué te hubiera gustado?
MB: Bueno, cuando yo trabajé en la candidatura independiente de Úslar Pietri, se me preguntó si yo quería ir a la ONU, yo hubiera preferido el Congreso, pero no recibí así el apoyo del grupo de independientes que rodeaba a Arturo, y entonces opté por ir a la ONU en el 64-65, donde para mí fue un gran honor estar en la misma comisión donde la Sra. Rooselvelt, siete años antes había introducido la famosa declaración contra la discriminación, y yo estaba el año en que esa Resolución fue firmada por Venezuela.
SI: Margot, que ha hecho muchos programas de TV y que no entiendo por qué no los sigue haciendo, porque los hacía extraordinariamente bien, al menos, sabe que cuando ciertas señales se hacen es porque, por desgracia, el programa se ha acabado. Tenemos material para mucho más, y creo que podríamos hacer una serie, porque a través de Margot podemos ir viendo una serie de evoluciones que ha experimentado Venezuela y que ha experimentado la mujer venezolana.
MB: Yo creo que hay muchas mujeres que tienen algo que decir y no tienen oportunidad de llegar a la TV, yo podría invitarlas o hablar por ellas si ellas lo quieren así.
SI: Te damos mil gracias por este programa, y quiero insistir en que hace tiempo yo oí a Margot decir un discurso en el Concejo, sin mucha pasión pero con mucha claridad, lo que quiere decir que lo ha pensado mucho, no digo la habilidad en el mal sentido sino un discurso lleno de inteligencia, de conocimientos, y yo ya en aquel entonces me pregunté: ¿Dónde estaba Margot Boulton sirviendo y trabajando para el país donde lo hiciera con toda su capacidad e interés? Esa pregunta me la vuelvo a hacer ahora, y es quizás al Gobierno venezolano al que le toca continuar.