Entrevistadores: Sofía Ímber; Carlos Rangel
Entrevistado: Ernesto Mayz Vallenilla, Rector-fundador de la Universidad Simón Bolívar (USB)
Programa: Buenos días
Canal: Venevisión
Fecha: 21-03-1983


SI: Nuestro primer Invitado de hoy es Ernesto Mayz Vallenilla, Rector fundador de la Universidad Simón Bolívar. La frustración del país nacional por el debate entre los candidatos ha abierto la posibilidad que ese país nacional ponga atención a voces independientes, lo cual demuestra, de paso, como estimamos Carlos y yo al alto valor democrático de lo que ha sucedido. Ernesto Mayz no es excepción en cuanto a haber encontrado el debate decepcionante. ¿Cuál es tu razonamiento?
EM: Ha sido decepcionante porque se había creado una expectativa acerca del mismo. Se creía que ambos candidatos iban a aprovechar esta oportunidad para debatir las ideas fundamentales de sus respectivos programas, pero realmente el debate se deshizo en una serie de intrascendencias totalmente baladíes y el país en general quedó defraudado. No encontró ninguna sustancia política ni programática que pudiera servirle para sospechar y orientarse acerca de qué es lo que va a suceder en el futuro. Quedamos en lo mismo.
CR: Voceros de ambos partidos han, en cierto modo, han regañado a la opinión pública diciendo que nos habíamos hecho expectativas muy exageradas las cuales no tenían por qué cumplirse. ¿Qué opinas de esa excusa?
EM: Me parece que es una excusa a "posteriori". Fueron ellos mismos quienes crearon esa expectativa. Por una parte los copeyanos diciendo el Dr. Caldera iba prácticamente a pulverizar a Lusinchi y por otra parte, los de AD, diciendo que Lusinchi iba a dar una demostración sus valores intelectuales, de su personalidad y de su formación, pero en cualquier caso, no tuvimos oportunidad para ver ni una cosa ni otra, sino que simplemente nos encontramos con dos personajes vacíos completamente, acusándose mutuamente entre sí, desprestigiándose, y ambos con la vista puesta hacia el pasado.
CR: Te quisiera comentar lo siguiente. Este debate se sitúa claramente, y esto nadie lo ha negado porque es obvio, dentro de cierta estrategia electoral del Dr. Caldera, que es personalizar la controversia electoral, persuadir al electorado de que el poder del Presidente de la República es tan decisivo, que lo que importa es quién sea Presidente y de que el país evidentemente en ese caso necesita al Dr. Caldera. ¿Tú encuentras que esa prédica es pedagógica?
EM: A mí me parece una prédica anacrónica y negativa. Anacrónica aún cuando todos sabemos que nuestra Constitución es presidencialista, porque el país está pidiendo a gritos que ese presidencialismo deje de ser, y negativa porque personificar al presidencialismo en la figura de un hombre y hacer de este hombre una especie de divinidad o providencia que va a salvar al país, es prácticamente caer en un irracionalismo como si todo el destino de Venezuela estuviese centrado en un cacique, en un caudillo y realmente ya ésas son cosas que en estos tiempos debemos olvidarlas.
CR: ¿Tú dices esto porque estás por Lusinchi?
EM: No, yo no estoy por nadie.
SI: Pero vas a votar.
EM: Bueno, en un momento puedo dejar de votar.
SI: Dejar de votar tú sabes qué es anti-democrático.
SI: ¿Tú no crees que al fin y al cabo este debate, por más decepcionantesque haya sido, como tú dices, puede cambiar el deseo de votar por uno o por otro’ ¿Tú no crees que tú tienes ya, aunque no lo digas en cámara, tus ideas fijas y vas a votar por el que te parezca menos malo, aunque no te parezca el mejor? Es decir, puede haber diez debates pero tú ya tienes tú idea respecto para quién será tu voto.
EM: Mis ideas las tengo, las reafirmo y las reitero claramente y expresamente ante la opinión pública, yo soy socialcristiano por convicciones filosóficas, no religiosas, porque mi desarrollo intelectual me ha acercado a la concepción de la sociedad comunitaria, de la propiedad comunitaria. Ahora, lo que yo veo es que, por ejemplo, este Gobierno copeyano, el actual, ha traicionado de arriba abajo esos postulados y se ha transformado en un populismo.
SI: ¿Puede un socialcristiano por convicción, por filosofía y por conocimientos como es tu caso, botar de otra manera que no sea socialcristiana? Supón que no sea el Dr. Caldera el candidato, sino otro.
EM: Para mí el social-cristianismo no es ningún dogma, ni tampoco un dogma, ni tampoco un mandamiento obligatorio. Ante todo yo tengo y es lo que respeto, más una conciencia libre, y si veo que los ideales del social-cristianismo son traicionados y desconocidos por este Gobierno, y que el partido Copei no defiende esos ideales, sino que tolera complacientemente lo que hace este Gobierno y no le reclama y no le exige y no le llama la atención a tiempo, y si el Dr. Caldera se identifica con este Gobierno y no asoma sus propias ideas y dice: "Aquí estoy yo y voy a defender el ideal socialcristiano que yo ayudé a fundar en Venezuela", entonces no voto por ellos, es decir, me irrespetaría yo si votase por ellos. Ahora, votar por otra tendencia o por ideas, no. No, porque también yo me irrespetaría. Entonces, creo que lo que me queda y esto es verdaderamente dramático, es la abstención, y esta realidad existencial creo que la vive muchísima gente hoy en Venezuela.
SI: Entonces, ¿crees que puede haber abstención como respuesta a lo que está sucediendo?
EM: Ojalá no la haya y ojalá los candidatos, tanto el de AD como el de Copei, nos permitan a nosotros entusiasmarnos con su mensaje, nos propongan nuevas soluciones, nos dejen ver que ellos están dispuestos a cambiar este desastre que estamos viviendo.
CR: Ése es el drama del debate, que el debate había entusiasmado a la opinión pública, tanto así que ese día las calles estaban desiertas, el país entero estaba pendiente de lo que iba a ocurrir en TV, y hubo y hay, esa frustración general. Volviendo a la cuestión de la personalización del poder, esta prédica de que el Presidente lo puede todo y el partido no puede nada y que se ha venido desarrollando en forma muy notable en la última semana, eso equivaldría a responsabilizar a cinco nombres de las frustraciones de la democracia en 25 años, al actual Presidente, Luis Herrera, a Carlos Andrés Pérez, y yendo hacia atrás, Caldera mismo, a Leoni y a Betancourt.
EM: Yo creo que el presidencialismo está establecido por la Constitución, pero ya se hace insostenible e insoportable. Justamente una de las cuestiones más fundamentales que deben los candidatos asomar es una reforma de las estructuras del Estado.
CR: Eso lo deberían estar proponiendo.
EM: ¡Claro! Para ser justos, el Dr. Caldera entre los puntos que le propuso a Lusinchi asomó esa posibilidad y le dijo que él quería debatir sobre la reforma de las estructuras del Estado. Creo que esto se debe concretar. El presidencialismo no puede seguir vigente en Venezuela, sobre todo tal como lo hemos concebido y lo estamos practicando. El país no resiste que un hombre con sus humores y sus dichos, con sus fallas y con sus errores, haga lo que haga, permanezca en Miraflores durante cinco años y que el pueblo pueda y deba tolerar durante cinco años lo que se le antoje a ese señor.
CR: ¿Según la legislación vigente no hay remedio a esa situación?
EM: No hay remedio, porque el Presidente es elegido con plenos poderes por cinco años. ¿Por qué no se propone la reforma de esa figura presidencialista para sustituirla por ejemplo por la de un Primer Ministro, y un Parlamento completamente distinto, que reemplace a esta caricatura parlamentaria que tenemos en donde elegimos diputados y senadores sin saber quiénes son ni por qué los elegimos, sino que nos los impone una oligarquía partidista formada por cinco, diez o quince personas de cada partido? El régimen democrático tal como está concebido aquí, encierra una podredumbre política por dentro y si los políticos no comprenden esto, la democracia va a estallar en Venezuela y la angustia de nosotros los independientes, es ver que los políticos parece que no tienen conciencia de esto, que no han captado en la calle este fenómeno.
CR: Otra explicación del debate que nos están dando dirigentes de AD y Copei es que ambos protagonistas estuvieron muy bien, porque cada uno estuvo desarrollando su estrategia electoral.
EM: Si ésta es la estrategia electoral, realmente que me parece que los estrategas o los consejeros que les aconsejaron esa estrategia son unas personas que deben desaparecer de escena, porque el fracaso fue muy ruidoso y la opinión pública ha sido muy contundente en su enjuiciamiento acerca del debate.
SI: ¿Por qué crees tú, Ernesto, que son tan malos los gobiernos?
EM: Porque los gobiernos son producto de una partidocracia y cada uno de estos partidos conforman el estatus de la partidocracia que está gobernando por una oligarquía, una pequeña oligarquía de personas que creen que el sistema da para todo, que es eterno, que la democracia se legitima simplemente por el acto de votar cada cinco años, y están viviendo de una mentira y sobre un abismo. La democracia tiene que demostrar su legitimidad con la eficacia y ganarse esa legitimidad, todos los días, pero la partidocracia y el sistema que tenemos, lamentablemente han olvidado esto y están dando pruebas de resquebrajamiento. Y lo advierto, Sofía, para que no haya confusión, hay que dar noticias de esto si queremos salvar la democracia, la democracia es perfectible y deben ser los propios partidos, quienes tomando conciencia de esta perfectibilidad de la democracia, desde el mismo seno de ella, propongan medidas para su perfectibilidad.
SI: Justamente es lo que te iba a preguntar, ¿qué deben hacer los partidos para engranar con el nuevo país que ellos en mucho han contribuido a crear, pero que se les está desbordando como tú dices?
EM: En primer lugar, reitero y repito, la reforma de las estructuras del Estado, acabar con este presidencialismo absolutista, caudillesco, caciquista que tenemos, en donde el Presidente de la República puede hacer lo que le dé la gana materialmente, y dura en su cargo cinco años con todos los errores que pueda cometer y nos tenemos que aguantar a un Presidente inepto durante cinco años. ¡Esto no es posible! No. Si se quiere tener un Presidente de la República, allí está el caso del Presidente de Italia, o lo que sucede en Alemania, el Presidente es la figura que ostenta la representación del Estado, pero la labor ejecutiva de gobierno la deja en manos de un Primer Ministro y de un Parlamento concebido en una forma distinta, que no sea el Parlamento que actualmente tenemos.
CR: Una reforma tan radical, Ernesto...
EM: No es radical, Carlos, es tímida, y lo que decimos es que vayamos a imitar simplemente lo que está sucediendo en los países democráticos del mundo, y vamos a dejar esta democracia mal copiada y mal concebida -porque ha sido mal copiada y mal concebida- que tenemos actualmente en Venezuela, porque si no lo hacemos, nos va a salir el lobo. Y lo que es peor es lo siguiente, si aquí hay una ruptura del régimen democrático, del hilo constitucional, lo que se avecina es trágico para el país, porque –y esto hay que tenerlo muy en claro y quiero decirlo ante mi país- un golpe de Estado no salva ni remedia nada. Un golpe de Estado significa que las grandes potencias van a intervenir para favorecer a los que posteriormente se opongan a ese golpe de Estado, y vamos a tener cortísimo tiempo, en menos de seis meses, un espectáculo casi copiado al carbón de lo que sucede en El Salvador o en Nicaragua. Las grandes potencias, una vez que se provoca el golpe de Estado y venga la resistencia contra ese golpe de Estado, resistencia inevitable, tomarán partido e internacionalizarán el conflicto, la lucha interna. Provocarán una guerra fraticida en Venezuela. Entonces, los políticos tienen que tener conciencia de lo que tienen entre las manos, porque o mejoran o salvan la democracia, o serán responsables de un derrumbe político y moral de nuestro país, y esto es lo que le reclamamos los independientes. ¿Qué es esto de estar hablando de cartas y de errores de ortografía en las cartas? ¿Hasta cuándo provocan realmente -y me perdonan- cólera? Porque el más tranquilo de los venezolanos, al ver cómo se juega con el destino de su país, como se está enterrando la democracia, tiene que estar encolerizado y desesperado por dentro. Y expreso con tanta vehemencia esta opinión porque sé que responde a un enorme, generalizado y profundo sentimiento de la opinión pública en este momento. Hay indignación contra los políticos, contra los partidos políticos, porque están enterrando la democracia en Venezuela, y eso no se le puede permitir. Yo creo tener suficiente autoridad moral para hablar así ante mi país, porque no estoy defendiendo a ningún partido, no estoy tomando partido con ninguno de ellos, sino que lo que quiero es que en mi país se salve la democracia por la cual, tanto y tan duro hemos luchado algunos en Venezuela.
CR: Creo que no hay nada que agregar a lo que ha dicho Ernesto Mayz Vallenilla.