Entrevistadores: Sofía Ímber; Carlos Rangel
Entrevistado: Margot Boulton de Bottome, escritora, presidenta del Comité de Tractores para la Libertad; Alfredo Boulton, crítico de arte; Andrés Boulton, empresario
Programa: Lo de hoy
Canal: Radio Caracas Televisión
Fecha: 06-02-1979

SI: Andrés, Margot y Alfredo Boulton van a hablar aquí con nosotros de una cosa que es una buena fecha para los venezolanos, recientemente se conmemoraron los 150 años de la fundación en Venezuela de la Casa Boulton y 150 año en Venezuela, son como 600 años en Europa. Es una continuidad asombrosa en un país tan azaroso como el nuestro y es por ello que este sesquicentenario de una empresa mercantil ha sido señalado como noticia, como un evento importante en la historia y en la cultura venezolana. Carlos y yo no estamos aquí el día justo de los 150 años, pero creo que nunca es tarde para decirles cuánto nos alegramos de tenerlos en el programa, y quisiéramos que ustedes nos explicaran esa continuidad y esa duración de la Casa Boulton, Carlos y yo hablando entre nosotros, decíamos que podría ser porque son una mezcla de británicos y venezolanos.
CR: En las dosis adecuadas.
SI: En las dosis adecuadas para el éxito.
CR: En este país donde todo es tan transitorio, donde todo es de ayer, realmente ¿cómo se explica que una empresa haya durado y esté próspera, vigente, durante 150 años?
ANDRÉS: Bueno, te voy a decir que yo creo que sobre todo ha sido, si se puede decir, un triunfo de la perseverancia y de la disciplina, y de la metodología y de la tradición, todos nosotros desde que más o menos abrimos los ojos, sabemos que más o menos tenemos un camino por delante, los Boulton sí, y que ese camino era la esquina del Chorro, no ahora que está por el suelo, pero en fin, esperamos que el día de mañana podamos hacer un edificio ahí. Dentro de esa filosofía, naturalmente, uno se va a acostumbrando del padre al hijo, y luego a los nietos, a irles inculcando que el primer deber que ellos tienen es ser útiles a su país, ser útiles a la sociedad, ser útiles a la economía, ser útiles a la cultura, dentro de lo que es la Casa Boulton, nosotros, los aquí presentes somos la cuarta generación.
CR: Vamos a ver la explicación de Margot, porque en Venezuela una de las cosas que suceden es que los hijos nunca quieren ser lo que han sido los padres, uno ve que hay una discontinuidad, una falta de tradición.
MB: Yo soy hermana de Alfredo y de Andrés, pero insisto en ser yo misma, yo diría que tengo un punto de vista quizás más objetivo o distinto del que ellos puedan tener de la Casa Boulton, de por qué la Casa Boulton ha durando 150 años. Cuando mi bisabuelo, John Boulton llegó a La Guaira, era un joven de 21 años que debía haber tenido una voluntad extraordinaria, no hablaba el idioma, no conocía el país, el clima le era insoportable, comenzó en La Guaira porque allá fue donde él instaló su primer negocio y allí es donde tenemos hoy en día el pequeño Museo Boulton, que era donde estaba la Casa de comercio en aquel entonces, y eso John Boulton, ese joven inglés, tuvo el valor extraordinario de imponerse a todo, al clima, al idioma, a lo que él no conocía, a una tradición hispánica que no era la de él, ya que él era inglés de origen, y ese hombre, a fuerza de tenacidad y de voluntad, fundó su negocio y salió adelante, y a todos los Boulton varones se les ha inculcado esa cualidad que es indispensable, que es la tenacidad.
CR: ¿A las hembras no?
MB: Sobre las hembras expondré después sobre lo que se nos dio, digamos, como normas de conducta, pero los hombres, los varones Boulton todos estaban destinados a servir a Boulton y a servir a la causa de la firma, y a hacer uso extenso de la firma en todo lo que señalaba Andrés. A las hembras naturalmente nos educaron como se podía educar a las hembras de mi generación, o sea, por un lado el lado inglés, mi abuela estaba casada con un inglés, aún cuando había nacido en Maiquetía, y el ideal de mi abuelo era la Reina Victoria, y en lo que se refiere a mamá, que tenía sangre corsa y educada en Francia, las dos heroínas de ella eran Juana de Arco y Madame de Sévigné, la una en el plano heroico y la segunda en el plano intelectual, así que ustedes verán que diferencia puede haber entre la educación de los Boulton, dedicados únicamente a una meta, la Casa Boulton, y la de las hembras, llamadas a ser unas mujeres valientes para enfrentar los problemas de toda mujer en la vida.
CR: Sí, soportar a los varones.
MB: Sí, pero sobre todo ser mujeres que iban a seguir una tradición de fuerza, de austeridad y de gente.
CR: La misma pregunta para Alfredo Boulton, ¿cómo se explica la duración en el tiempo, que como decía Sofía en Venezuela es el equivalente de medio milenio, 500, 600 años, de algo en Venezuela de 150 años?
SI: Y la misión de Alfredo como historiador.
AB: Es sumamente difícil de explicar, debido a una serie de factores de orden histórico.
CR: No existe hoy ninguna otra casa de comercio de esa época.
AB: No, no existe ninguna.
CR: Las que coexistían con John Boulton, no están ya.
AB: Sí, todas fueron desapareciendo, pero eso se debe a una serie de factores de educación como decía Andrés, de disciplina, que también la tienen muchísimas otras personas, no creo que sea porque tengamos sangre remotamente inglesa o remotamente corsa, porque también la tenemos remotamente española y remotamente mora, y remotamente negra y remotamente... somos un producto del medio, somos mestizos, y dentro de los mestizos existe una serie de fusiones.
CR: Si los Boulton hubieran sido sólo la tradición británica, no sobreviven en Venezuela.
AB: Claro, claro, son factores que han ayudado a que nosotros estemos 150 años después de haber llegado el bisabuelo, que estemos todavía trabajando en la empresa que él fundó.
SI: Ustedes han dado en cada generación tres o cuatro personajes.
ANDRÉS: Si ha habido personalidades entre los varones a pesar de lo que dice Margot de las hembras, y es que entre los varones nos hemos más o menos arreglado para que siempre se consiga material humano que tenga esa mística, esa formación para transmitírsela a los hijos, a los nietos, a los sobrinos, es un asunto más que nada de disciplina, lógicamente, de concepto, de filosofía de la vida.
SI: Pero sin duda que esa disciplina viene de la sangre sajona.
ANDRÉS: Que la vida no está hecha sólo para disfrutarla, sino que la vida está hecha también para trabajarla, para dar una serie de cosas que sólo un grupo, o un concepto, o una familia o una clase, sabe que debe dar, que debe dar a los otros para que los otros la compartan.
SI: Generalmente, cuando la gente ve la parte exitosa, es decir, los Boulton son exitosos, son historiadores, son grandes cerebros financieros, y como eso es lo que se ve, entonces dicen que eso es producto del azar o de la suerte, o de algo accidental.
AB: Eso es muy posible, Sofía, porque la gente aquí cuenta mucho con el azar, y Venezuela cuenta mucho con el azar y tanto es así, que fíjense a cuánto llega el "5 y 6" y cuánto se gasta en loterías, o sea que el venezolano cuenta con el azar y no con su trabajo personal, propio, para abrirse un camino.
CR: La Casa Boulton, ha sido coetánea en Venezuela con la República misma, porque la República comenzó en 1811 con la Declaración de la Independencia, o con Carabobo, o con la separación de la Gran Colombia, y en cualquier caso, la Casa Boulton y Venezuela tienen más o menos, ambas, 150 años, y una de las razones por las cuales tantas cosas han desaparecido en Venezuela, inclusive empresas, han sido las vicisitudes terribles de nuestra historia. ¿Cómo lograron, y éste sería más bien el lado de adaptación al medio y no el lado británico, ¿cómo los Boulton lograron sobrevivir a los desastres que ha vivido Venezuela en 150 años?
ANDRÉS: Te voy a decir, Carlos, creo que con muchas penalidades.
SI: Eso queríamos saber, el lado que la gente no conoce.
ANDRÉS: Con muchas penalidades, ya al final de la época de Soublette, las crisis en tiempo de los Monagas, y no hablemos después de la Guerra Federal, lo que eso significó para la República en todo su desarrollo económico, fueron situaciones sumamente difíciles y sumamente áreas, y yo creo que la Casa sobrevivió en todos esos años y en todas esas épocas, debido a mucha contracción y a mucha austeridad y a saber que uno se puede arropar sólo hasta donde le llega la cobija. Era gente poco dispendiosa, era gente únicamente dedicada a su trabajo y a pensar en qué forma podía capear las crisis y capear las circunstancias, pero indudablemente y en ese libro que acaba de sacar la fundación, por ciento el capítulo de los Monagas, es muy interesante. Es interesante ver cómo en la Venezuela de aquella época que en ocho o diez años la deuda pública se incrementó en 24 millones de pesos sin haber hecho nada para el país, bajo los Monagas. Es una cosa ante la que uno se queda absorto.
CR: Un peso eran Bs. 4.00.
ANDRÉS: Sí, y además el poder adquisitivo era muchísimo mayor que el actual.
CR: De unos Bs. 30.00 actuales.
ANDRÉS: Quizás de mucho más, y entonces, es extraordinario, no digo que haya sobrevivido una Casa, sino que haya sobrevivido el país en sí.
SI: Pero justamente las otras casas comerciales fueron quebrando y se fueron deshaciendo, fueron desapareciendo, mientras que la Casa Boulton sabe apretarse el cinturón en un momento dado, pero en la pregunta de Carlos, creo que está implícito cómo eran las relaciones, que eso debe estar en los archivos de ustedes, entre el gobierno y la Casa Boulton para poder sobrevivir a esas crisis.
AB: A veces fueron sumamente tirantes.
SI: Hubo seguramente momentos de gran rigor.
AB: Sí, sí, claro, hubo una época de exacciones en la que se imponían los empréstitos forzosos por parte del gobierno, ésa no es sólo la historia de la Casa Boulton, sino que es la historia de Venezuela.
SI: Entonces ustedes daban esos empréstitos forzosos, cedían y luego, políticamente...
AB: Y luego había a base de trabajo, que reponer las obligaciones que nos imponían a nosotros, sólo el trabajo puede hacer que eso se reponga.
MB: Yo desearía añadir algo que me parece importante, es cierto que a la Casa Boulton se le impusieron muchísimos, digamos, sacrificios, pero ¡nunca a cambio de influencia política!, y creo que hay muy pocos casos en Venezuela en que se pueda decir que una firma, un grupo de personas, una entidad, preste colaboración al gobierno de su país sin pedir a nada a cambio.
CR: Hace 150 años, en La Guaira, John Boulton, un ciudadano inglés de apenas 21 años, fundó una empresa, una casa de comercio que hoy perdura, y decía Sofía al principio y quiero reiterarlo, que en Venezuela donde todo es tan efímero, donde todo es de ayer mismo, la prolongación en el tiempo y la existencia vigorosa, vigente, de algo es extraordinariamente importante y por eso este aniversario de empresa mercantil es importante para la historia y la cultura venezolana, y le preguntábamos a Andrés Boulton, a Margot Boulton y a Alfredo Boulton, representantes de la cuarta generación de la familia Boulton en Venezuela, cómo se explican ellos esa duración de la Casa Boulton, cuando por ejemplo para tomar el caso concreto, no queda ni rastro de ninguna otra casa de comercio que existiera en Venezuela en 1826. Sofía planteó el tema de las relaciones entre personas privadas en Venezuela con los gobiernos. Una de las características de los Boulton es que nunca han aspirado ni ambicionado el poder político, directo, digamos, muchos venezolanos han encontrado su fracaso y su perdición en la ambición de ser ministros o Presidentes de la República, Manuel Antonio Matos, por ejemplo, tuvo gravísimos problemas por esa ambición. ¿Eso es una máxima de la familia, una regla de comportamiento? ¿Cómo es que ningún Boulton se ha metido a político?
ANDRÉS: Yo creo, que la razón para eso es tener un buen conocimiento de las propias capacidades.
CR: No me digas que no ha habido ni hay ningún Boulton que no pueda ser ministro.
ANDRÉS: Sí, sí, pero mejor lo hacemos dentro de lo que estamos haciendo que lo que pudiéramos hacerlo bajo los azares de la política. Venezuela es un país que políticamente ha tenido una historia de azares y tropiezos, en cambio nosotros hemos escogido una conducta, digamos, más estable porque tenemos el convencimiento – por lo menos ésa es la opinión mía y yo no quiero hablar por mis hermanos sobre eso-.
CR: Pero ¿es una regla familiar?
ANDRÉS: La más política de nosotros ha sido Margot, quizás Margot sea la más capacitada para seguir ese camino de la política.
SI: Por eso es que ante la respuesta más política se quedó callada.
CR: Margot sí ha sido un poco más activa en política.
MB: Yo creo, en verdad que fui no sólo la sorpresa de mi madre en ese aspecto, sino también la inquietud de mi madre, porque mi madre era hija de un político de la época de Castro, el Dr. y Gral. Juan Pietri, que actúa importantísimamente, era Ministro del Interior, fue puesto preso por Castro en varias oportunidades, contrajo una enfermedad y murió de esa enfermedad siendo Vicepresidente de la República con Gómez, y mi madre adquirió una especie de alergia violenta contra la política porque ella creció viendo a su padre, o escondido o huyendo, o batallando o luchando en el poder, fuera del poder, exilado. Entonces ella no quiso que sus hijos pasaran todos esos azares que ella había vivido, sobre todo en los años formativos, los de la adolescencia, porque ella estuvo interna en un convento francés precisamente porque su padre era político, donde permaneció hasta los 15 años, cuando regresó a los 15 años a Venezuela, se encontró con aquel escenario, aquella vida azarosa, que no sabían qué iban a hacer, un día comían, otro día no comían, no se sabía dónde estaba el padre, y entonces ella no quiso que ninguno de sus hijos fuera político, y por el lado Boulton, mi abuelo Boulton no quería tampoco.
CR: Y les salió una hija política.
MB: Muchas veces suceden esas cosas, y a quien le gustaba la política, bueno, era una hembra.
SI: Los desarrollos de Venezuela y la Casa Boulton son paralelos y se puede decir que se empezó con las velas cuando no había luces, y hoy tienen una compañía de aviación.
CR: Ustedes fabricaban velas.
SI: ¿Cuántas cosas?, han dejado de existir en los negocios de la Casa Boulton en sus 150 años?
CR: También tenían barcos, por ejemplo la "Red Line". Es decir, Venezuela tuvo una marina mercante más importante relativamente, que la que hoy tiene. ¿Cuáles actividades fueron importantes y han desaparecido en la Casa Boulton además de fabricar velas?
ANDRÉS: ¡Ah, bueno!, se fabricaron velas, se fabricó jabón, se contribuyó a la instalación de la compañía de gas en Caracas, también se financiaron carreteras, ferrocarriles, acueductos, todos esos son hoy en día servicios públicos a cargo del Estado.
SI: Pero hay otras cosas que han desaparecido por el desarrollo del país.
ANDRÉS: Sí, hubo el transporte lacustre también, pero ha sido más o menos una directriz el asunto del transporte en general.
CR: O sea que hay un desarrollo lineal entre los barcos y los aviones.
ANDRÉS: Sí, y eso indudablemente ha sido una característica propia de la familia, de los hombres que hemos trabajado en la firma que nos ha interesado mucho siempre el transporte en general. Cuando Alfredo y yo empezamos a trabajar a comienzos del año 27, por ejemplo, indudablemente que los barcos jugaban un papel muy importante.
CR: ¿Existía todavía la "Big Red Line"?
ANDRÉS: Sí, sí, la Gran Línea Roja vino a ser adquirida por la Grace Line en 1938, hasta entonces era de la Casa Boulton, éramos accionistas importantes, luego, es natural, aquello fue vendido pero siempre estuvimos en contacto muy íntimo con actividades del transporte y luego, el año 43 se fundó Avensa, en plena guerra mundial, recuerdo perfectamente cómo se formó, porque John mi hermano y yo, fuimos a México a hablar con el Sr. Morrison que era Vicepresidente de la Pan American en aquel entonces, y obtuvimos tres Ford Trimotores.
CR: De aquellos que tenían el fuselaje corrugado.
ANDRÉS: Sí, con el fuselaje corrugado y de tres motores que por cierto, posteriormente se vendieron luego al Ecuador, y así siempre hemos estado vinculados al asunto transporte, es una cosa que nos ha interesado mucho y por eso, primero fue Avensa que estuvo funcionando en líneas nacionales e internacionales hasta el año 60 que es cuando se fundó Viasa.
SI: Yo quería preguntarle a Alfredo, por qué ustedes nunca han actuado en un Banco, una gente tan importante en el comercio del país.
ANDRÉS: Tenemos intereses en algunos bancos, pero durante muchísimos años hicimos función de banco, eso fue cuando en Venezuela apenas existían uno o dos bancos, sobre todo en las plazas del interior de la República, hacíamos funciones bancarias, luego la ley se fue modificando, alternándose y nosotros, por consiguiente también fuimos alterando nuestras relaciones y hemos contribuido a la formación de algunos bancos.
CR: En aquella época, era natural que una casa comercial como la de ustedes funcionara como banco, porque ustedes financiaban agricultores.
ANDRÉS: ¡Cómo no! Le financiábamos las cosechas.
CR: Y también con clientes de las importaciones que ustedes hacían.
ANDRÉS: Y los billetes eran de curso muy difícil, la gente no confiaba en ellos, en los billetes.
CR: ¿Tú recuerdas eso?
ANDRÉS: No, yo no lo recuerdo, pero hay un billete –no del Banco Caracas sino del Banco de Caracas que se fundó más o menos hacia 1885, 86, en donde firma "Por la Dirección: H. L. Boulton y CIA", o sea, que le daban más crédito a la firma nuestra porque había estado ya en el país durante 60 años, y por consiguiente le daban más crédito a aquello que... porque era la gente con que ellos habían estado comerciando por años, pero todo eso era dentro de una escala reducida.
SI: Nuestro coordinador me pasa un papel que dice: Ya el joven salió en cámara, el joven es el nieto de Alfredo que se estaba escondiendo allá, ésa ya es la sexta generación Boulton. ¿Seguirá la línea familiar?
AB: Hoy en día es muy difícil planificar eso, porque la juventud ha cambiado, la juventud de hoy no es la juventud de Margot ni la de Andrés, ni la mía, ustedes lo saben, ustedes tienen hijos, y yo me figuro que ustedes no tienen la menor idea de lo que van a ser.
SI: Absolutamente.
AB: ¿Cómo voy a saber yo qué va a ser mi nieto?, un día me dijo que él quería ir a la Luna y yo le decía...
SI: ¿A fundar la Casa Boulton allá?
AB: Son cosas que le despiertan un gran interés.
CR: es que ha sido notable que cinco generaciones, porque hay una quinta generación ya en la Casa Boulton, hayan logrado persuadir a los hijos varones de seguir la tradición de la familia, tal vez hoy eso se haga muy difícil.
AB: Muy difícil, yo creo que muy difícil, ya el propio concepto de familia, de la familia en general ha sido alterado, ha sido modificado radicalmente.
SI: La Fundación Boulton, son todos ustedes que han tomado una decisión de hacer una fundación, háblanos un poco de eso.
AB: Bueno, la Fundación Boulton es una obligación que hemos tenido y tenemos de hacer algo por el país, tenemos la suerte de haber conservado un archivo en la Casa Boulton que comienza hacia 1838 y es posiblemente el archivo documental de la vida económica de Venezuela más antiguo que se conserva en el país, aún mucho más antiguo que los archivos del Ministerio de Hacienda.
SI: Pero las metas de la Fundación Boulton, no sólo son desde ese punto de vista, ustedes tienen metas culturales.
AB: Son metas de tipo histórico, principalmente cultural, generalmente artístico particularmente, y para hacer una especie de panorama general de lo que ha sido la actividad intelectual y económica de Venezuela, y tenemos un Boletín, tenemos varias publicaciones que sacamos, adquirimos colecciones como la de Lord Eckels que es una excelente colección bolivariana, posiblemente la mejor bolivariana fuera de lo que se encuentra en Venezuela y en Colombia. Eso le tenía Lord Eckels y a través de Boulton y de varias compañías asociadas con Boulton, y justamente nos estamos dedicando a reunir toda esta documentación, porque creemos que el momento es oportuno ya que Venezuela está pasando por un período sumamente importante en su historia y éste es el momento precisamente de poder reunir todo ese archivo, porque tenemos una tendencia a olvidar nuestro pasado. Ya tenemos 40 años de vida petrolera, tenemos apenas unos años en que el presupuesto llega a los miles de millones.
CR: ¿No hay el proyecto de algún libro que recoja todo esto?
AB: Lo que pasa es que ustedes no acusan recibo de los libros que le mandamos, no sé qué les pasa.
CR: Ese libro lo debe tener Sofía, ella lo debe haber recibido y no me lo ha enseñado, yo no lo he visto. (Risas de Alfredo Boulton).
ANDRÉS: No, yo creo que no les ha llegado todavía, apenas a salido.
MB: No creo, Carlos, eso es una calumnia, porque yo tampoco lo he recibido aún.
CR: ¡Ah, bueno! Entonces en este caso veo que era una tomadura de pelo, pero realmente me mortificó.